Monchi cocina el mercado a fuego lento

El director deportivo del Sevilla no se desvía de la hoja de ruta marcada para no sobrepagar por jugadores sin mucho mercado como es el caso de Guedes

El extremo luso es uno de sus ‘planes A’, pero no se hará ninguna locura para cerrar su contratación

Monchi, director deportivo del Sevilla

Monchi, director deportivo del Sevilla / AFP

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Disfruta Monchi de unas merecidas vacaciones antes de ponerse manos a la obra para construir el Sevilla de la próxima temporada y que el director deportivo gaditano ya tiene en su cabeza. Hasta ahora, sólo ha habido salidas (Vaclik, Franco Vázquez, Escudero y Aleix Vidal). Pero habrá llegadas y serán varias con tal de complacer a Julen Lopetegui, quien tras rechazar una mareante oferta para entrenar al Tottenham ha ganado peso en Nervión y se le tomará en cuenta a la hora de tomar las decisiones importantes en lo referido a los fichajes.

El técnico vasco ha pedido un perfil de jugadores concreto para apuntalar la plantilla y Monchi, que no da puntada sin hilo, baraja hasta tres futbolistas distintos por demarcación. La incorporación de unos u otros dependerá de diversos factores. El más importante de todos, la relación calidad-precio. Lo que tiene meridianamente claro el director deportivo del Sevilla es que no se va a sobrepagar. No lo ha hecho nunca y no lo piensa hacer ahora. 

Las diferencias económicas entre el club hispalense y el Valencia son el motivo de que el fichaje de Gonçalo Guedes se encuentre en punto muerto. El luso es el extremo que quieren tanto Monchi como Lopetegui. Pero los 40 millones de euros que solicita Peter Lim para abrirle las puertas son vistos en el Sánchez Pizjuán como un auténtico disparate después de la pobre última campaña realizada por el jugador che. Sin embargo, por una cifra oscilante entre 15 y 20 'kilos' se podría empezar a hablar. 

Es el secreto de Monchi en todas las negociaciones: manejar los tempos como nadie. La plantilla sevillista de la próxima temporada se está cocinando a fuego lento, pero que nadie dude de que saldrá un plato sabroso