Unai Simón, de villano a héroe en 120 minutos

El vitoriano la pifió solo empezar, pero tiró de carácter y salvó a la Roja con dos prodigiosas intervenciones

Sus compañeros le arroparon, De Gea tuvo un bonito gesto al descanso y Morata y Luis Enrique le abrazaron efusivamente en el vestuario

German Bona

German Bona

La portería de la selección española fue el gran tema de discusión en los días previos a la Eurocopa. Luis Enrique, que también incluyó en su lista a David de Gea y a Robert Sánchez, se decantó desde el primer partido por el meta del Athletic Club Unai Simón. Durante la primera fase, Suecia, Polonia y Eslovaquia le pusieron poco a prueba y solo le logró batir el Bota de Oro Robert Lewandowski con un cabezazo inapelable. La locura le esperaba en los octavos de final.

Un error incomprensible

Una cesión de Pedri aparentemente sin complicaciones, aunque centrada y con algo de fuerza, propició que por unos minutos Unai se convirtiera en el villano del partido. El equipo le arropó y De Gea tuvo el gesto de animarle al descanso.

Caer está permitido, pero es obligatorio levantarse. Y así lo hizo el de Vitoria-Gasteiz, que si algo no le falta es carácter, el propio de su tierra y de su demarcación, siempre en el foco de todas las miradas. Es cierto, acabó encajando dos goles más, pero poco pudo hacer primero en un ‘barullo’ en el área y después en un remate a bocajarro de Pasalic para ir a la prórroga.

En cambio, salvó al equipo con dos intervenciones prodigiosas. Una en el 67’ a remate de Gvardiol sacando la mano con todas sus fuerzas y por encima de todo, la demostración de reflejos ante Kramaric al inicio del tiempo suplementario, cuando el partido estaba empatado a tres y otro golpe quizás habría sido definitivo para España. Fue una montaña rusa de sensaciones para Unai Simón.