Los bombones y los huesos del sorteo del Mundial

Inglaterra y los Países Bajos fueron las selecciones más afortunadas en el evento celebrado en Doha

Brasil tiene a rivales envenenados y Argentina también debe ir con cuidado para llegar a los octavos de final

Luis Enrique y Hansi Flick, seleccionadores de España y Alemania, en el sorteo del Mundial de Catar 2022

Luis Enrique y Hansi Flick, seleccionadores de España y Alemania, en el sorteo del Mundial de Catar 2022 / DPA

Àngels Fàbregues - Doha (Enviada Especial)

Lothar Matthäus, la gran leyenda alemana, no deparó precisamente suerte para su selección ni para la española. De sus manos salió la bola del bombo que emparejó a dos campeones del mundo en el Grupo E en el gran obstáculo de la Roja en la primera fase. Los otros dos rivales fueron más benévolos, especialmente el ganador del Costa Rica-Ecuador a partido único en junio, y una Japón con poco cartel, pero correosa y más complicada de lo que pueda parecer.

El camino de España arrancará el 23 de noviembre con el vencedor del ‘play off’ intercontinental. Un partido que España debería ganar ante ‘ticos’ y ‘kiwis’ para afrontar el segundo duelo del 27 de noviembre ante Alemania con cierto margen. El cierre del grupo será el 1 de diciembre ante Japón, un rival más peligroso de lo que indica su cartel. Solo hay que recordar los apuros en que puso su selección olímpica a la Rojita, llevándola a la prórroga en las semifinales con triunfo final español con gol de Asensio.

El grupo tiene más miga de lo que parece, pero de pasar, el cruce de octavos de final está al alcance de la mano. La Roja se mediría, de cumplirse los pronósticos, a Bélgica o Croacia antes de llegar ya a unos cuartos de enjundia con Brasil, Portugal o incluso Uruguay como opciones.

La maldición del campeón

La mejor noticia para España es que evita a la campeona del mundo, Francia y a la Argentina de Messi hasta como mínimo las semifinales. Los galos deberán combatir contra la maldición del campeón que en los tres últimos Mundiales ha caído en la primera fase. Así le ocurrió a Italia (2010), España (2014) y Alemania (2018). Su grupo le invita a la esperanza ya que solo Dinamarca puede tener entidad para plantarle cara.

Por su parte, Argentina tendrá un grupo con cierta complejidad. Sin ser grandes potencias, Messi deberá verse las caras con su principal competidor en el último Balón de Oro, Robert Lewandowski, el gran líder de_Polonia y a una México que comanda su ex entrenador en el Barça, Tata Martino. La cenicienta en este caso será Arabia Saudí.

La líder del raking

Brasil ha llegado al sorteo del Mundial liderando el ranking de la FIFA y su grupo también es de los envenenados. Suiza es una selección claramente al alza -dejó a Italia fuera de la gran cita- y Serbia aspira al honor de ser la revelación con Valhovic al mando en ataque. Camerún, cuya federación preside Samuel Eto’o, tampoco es precisamente una perita en dulce.

Tampoco lo tendrá fácil otro de los grandes nombres de la Copa del Mundo, Cristiano Ronaldo, midiéndose a la siempre competitiva Uruguay de Luis Suárez y Ronald Araujo, con Ghana y Corea del Sur con la intención de complicarles la vida.

Los bombones

Las dos selecciones grandes más afortunadas fueron los Países Bajos e Inglaterra. Los neerlandeses, con los blaugranas Frenkie de Jong y Memphis Depay como estrellas, tuvo la fortuna de librarse de un contrincante poderoso, pese a estar en el segundo bombo. Catar era la gran deseada como cabeza de serie, honor que ostenta como anfitriona, y los Países Bajos se medirán a los organizadores, Ecuador y una Senegal que es la campeona de África, si bien tampoco debería impedir con Sadio Mané en sus filas que los de Van Gaal fueran primeros de grupo.

Por su parte, Inglaterra se cruza con Estados Unidos, Irán y el vencedor de la repesca entre la Gales de Bale y la ganador del duelo entre Gales y Escocia, cuyo partido se aplazó a junio para el conflicto bélico. El morbo llegaría por un posible enfrentamiento británico de los ingleses ya fuera ante Gales o Escocia si Ucrania es apeada o finalmente no puede competir.

En todo caso, será una fase exprés de 12 días con partidos apasionantes en un país de una extensión de solo 11.571 kilómetros cuadrado.