Nadal debuta tranquilo y sin agobios

Rafa Nadal durante su debut en Roland Garros.

Rafa Nadal durante su debut en Roland Garros. / AFP

Jaume Pujol-Galceran

Si Nadal debía tener problemas en su estreno en Roland Garros no se los iba a dar Egor Garasimov. Y eso lo comprobaron rápidamente los 600 espectadores privilegiados que estaban en las gradas de la central Phillipe Chatrier. La casa remodelada de Nadal.

En dos horas y cinco minutos el campeón del torneo se deshizo de un rival que jugaba este lunes su primer Roland Garros y que solo había disputado 6 partidos en su carrera en el circuito, a pesar de sus 27 años. La diferencia era demasiada sobre la pista aunque el tenista bielorruso se dio el placer de ganar el primer juego en un minuto y en blanco e incluso le hizo un ‘break’ a Nadal en el tercer set, adelantándose por 2-0. Lopodrá contar a sus nietos, poco más.

Nadal no estaba para bromas. Consciente de las dificultades que se encontrará en Roland Garros este año aprovechó esta cómoda primera ronda que le deparó el sorteo para acumular minutos en pista y sensaciones de cara a compromisos más complicados. Cuando entró Nadal en la central la pista ya estaba con el techo descubierto tras la lluvia de la mañana que obligó a retrasar los partidos de las pistas exteriores una hora y media y a jugar los anteriores en la central con el techo cerrado.

En la pista hacía 15 grados y Nadal entró sin protección de mallas para el frío estrenando un nuevo equipaje para la ocasión azul celeste y con mangas cortas. Nadal quería entrar pronto en calor y probar esas bolas nuevas que tan poco le gustan y las condiciones de una pista pesada y lenta que no le permiten su máximo rendimiento. La bola pesada no podía subir más arriba del hombro de Gerasimov, aunque con la altura del bielorruso (196 centímetros), tampoco era necesario.

El número 2 mundial hizo pocas concesiones, se mostró cauto y paciente para buscar el mejor tiro e intentó acortar los puntos. Nadal acabó el partido con buenas sensaciones y 32 golpes ganadores que le permiten quitarse la ansiedad que podía tener antes del debut.

Thiem empieza en gran forma

Nadal sabe que solo es el comienzo y un partido importante para coger ritmo de juego después de haber jugado solo tres partidos tras siete meses confinado sin jugar por el coronavirus. El último partido de Grand Slam que jugó se remonta a los cuartos de final que perdió en Australia Dominic Thiem.

El austriaco jugó un par de horas antes en el mismo escenario ante un rival más complicado como Marin Cilic. Thiem llegó a París sin haber jugado ningún torneo de tierra desde que ganó el Abierto de Estados Unidos, pero sobre la pista dio la impresión de haber jugado unos cuantos partidos.

Liberado de la necesidad de ganar un Grand Slam, Thiem no dio la sensación de tener problemas con la transición del cemento a la tierra, ni con las condiciones de Roland Garros. “Vengo de Austria y muchas veces he jugado con frío. Me gusta”, confesó tras deshacerse de Cilic, también campeón del abierto de EEUU (2014) y dos veces cuartofinalista en París. En 2 horas y 6 minutos logró la victoria por 6-4, 6-3 y 6-3. La potencia con la que juega Thiem no hizo que se notara la pesadez de la pista ni su dureza. “Vengo muy motivado, me encanta este torneo. Lo he preparado bien”, dijo tras la victoria.

Muguruza sufre

Mientras en el torneo femenino Garbiñe Muguruza casi tres horas para deshacerse de la eslovena Tamara Zidansek (81 mundial). La española vivió sobre una montaña rusa hasta alcanzar la victoria ante una rival que la forzó a límite y la obligó a sacar los mejores golpes para dar la vuelta a un 0-3 en contra en el tercer set y evitar el KO para acabar ganando por 7-5, 4-6 y 8-5.