La montaña rusa de Vinicius

Vinicius marcó el tercero tras una buena combinación con James Rodríguez

Vinicius marcó el tercero tras una buena combinación con James Rodríguez / RFEF

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Vinicius Junior vuelve a ser el jugador de moda del Real Madrid. Sus regates son un regalo para el equipo y si acierta es el acabose que desgasta los adjetivos más superlativos del entorno madridista. Unas campanas que no ha retumbado desde que se lesionó la temporada pasada en el partido de Champions ante el Ajax, cuando apareció para ser el revulsivo de un equipo desgastado y mediocre, que hizo una de las peores temporadas que se recuerdan.

Tras unos meses discretos en los que había perdido sitio entre los mejor colocados en la lista de Zidane, el brasileño ha vuelto a irrumpir con fuerza por sus partidos ante el Zaragoza y el Atlético de Madrid. En la Copa marcó un gol (¡por fin!) y brilló con luz propia para ayudar a cerrar la eliminatoria. En el derbi se quedó en el banquillo, pero salió en la segunda parte para provocar el chispazo en la jugada del gol con un excelente pase a Mendy para que este pusiera en bandeja el gol del triunfo a Benzema.

CARENCIAS EVIDENTES

Zidane no da puntada sin hilo. Sabe aprovechar el estado de ánimo de cada jugador y el del brasileño es ahora óptimo. Al francés no le acaba de convencer el estilo del delantero, pese a que sabe que tiene muchísimo margen de mejora con solo 19 años y que puede acabar siendo uno de los mejores delanteros del mundo. Son carencias evidentes, pero la más preocupante es que desaprovecha su magia al ser incapaz de levantar la cabeza para otear el horizonte y finalizar con acierto todo lo que fabrica. Lo hace, como quien dice, a ciegas. Un defecto que su puede pulir y en el que están trabajando, aprovechando que marca diferencias en el uno contra uno.

Vinicius es todavía un jugador falible y decepcionante en la finalización de su fútbol. Pero su estilo es diferente por su capacidad para desequilibrar, con ese descaro y punta de velocidad que salva defensas con pasmosa facilidad. Todavía tiene un largo camino por recorrer como recuerda Zidane cada vez que le pregunta por el hábil delantero brasileño: "Hay que tener paciencia e ir paso a paso".