El Madrid no tiene defensa

Volvió a mostrar preocupantes lagunas sin balón, de un equipo inconexo y desgarbado que parece no tener hambre

El Villarreal y el Valencia jugaron con comodidad ante la falta de intensidad de los blancos y desnudaron sus carencias

Ancelotti tiene mucho trabajo por delante

Ancelotti tiene mucho trabajo por delante / Javi Ferrándiz

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El oficio y Courtois metieron al Real Madrid en la final de la Supercopa en la suerte de los penaltis. A Ancelotti se le está cayendo el equipo, dando la peor imagen de la temporada en este inicio de año. Tiene serios problemas con preocupantes lagunas defensivas que permite a los rivales a jugar liberados en el centro del campo ante una presión desgarbada e inconexa. El Villarreal y el Valencia construyeron su fútbol con comodidad ante la falta de intensidad de los blancos, que marcan en zona y cuando lo hacen en individual huyen de cuerpear y de que el rival note su aliento en el cogote.

Un Madrid a medio gas, con jugadores que arrastran fatiga en un periodo valle de la temporada que lastra la lucidez de su juego colectivo. Juegan andando y al pie, incapaces de hacerlo de primeras salvo Kroos o Benzema, haciendo un fútbol previsible que facilita la tarea destructiva de sus rivales. Juegan como si fueran aburridos a la oficina y sobreviven por latigazos espontáneos del talento de algunas de sus estrellas. Un Madrid vulgar que ganó por oficio y calidad en los penaltis, pero no por su fútbol. Acomodados a su suerte y ‘confiantes’ de sentirse parte de un grupo que lo ha ganado todo, pero al que parece faltarle hambre.

ANCELOTTI NO TIENE UN PLAN B

Ancelotti tiene la difícil tarea de hacer reaccionar a sus jugadores porque poco a poco las miradas empiezan a dirigirse hacia él. Señalado por cerrar el círculo de elegidos a un tercio de la plantilla descartando al resto, que son meros acompañantes partido tras partido. Un ‘corralito’ de 15 elegidos que notan los kilómetros recorridos con un Mundial jugado de por medio. Los Vinicius, Valverde o Modric no rinden como hace un año, aunque dejen detalles de su categoría. El delantero brasileño, por ejemplo, lleva más de dos meses sin marcar un gol. Detalles que echa de menos el equipo.

El problema del italiano es que no tiene un plan B. O juegan los habituales o el equipo se le cae. Camavinga sigue sin encontrar su sitio en el once. Lucas Vázquez es un buen recurso, pero no un especialista en el carril derecho. Rudiger no se adapta mareado por jugar cada día en una posición, labor que Nacho sabe hacer a la perfección, pero al que el alemán ha desplazado de una labor que lleva haciendo años con solvencia. Y, lo peor para Ancelotti, que el cansancio empieza a pasar factura en forma de lesiones.