El desafío pendiente del ‘arquitecto’ Monchi

Tras su amargo paso por la Roma, el director deportivo pone rumbo a la Premier para rediseñar al Aston Villa

Distinguido como el artífice del Sevilla campeón, su segunda etapa dejó luces y también sombras

Monchi saltó al césped del Villamarín a saludar a los aficionados del Sevilla

Monchi saltó al césped del Villamarín a saludar a los aficionados del Sevilla / EFE

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Monchi se despide por segunda vez de Nervión, el lugar donde se ha consoliado como uno de los directores deportivos más reconocidos del panorama internacional, para buscar nuevos retos en el Aston Villa.

Junto con Unai Emery, técnico con el que ya trabajó de forma exitosa en el Sevilla, y las posibilidades que promete la liga más rica del mundo. Triunfar lejos del Sánchez-Pizjuán es la cuenta pendiente en la dilatada trayectoria del gaditano, que salió por la puerta de atrás en su breve paso por la Roma (2017-2019).

Antes de recalar en la capital italiana, Monchi se había granjeado un nombre como el arquiteco del Sevilla más laureado de la historia. Once de los quince títulos de la entidad en sus 133 años de historia han llegado con el de San Fernando en las oficinas. Siete Copas de la UEFA/Europa League, una Supercopa europea, una de España y dos Copas del Rey entre sus dos etapas. 

Tras proteger como jugador la portería del Sevilla entre 1990 y 1999, Monchi pasó en el año 2000 a defender los intereses del club hispalense en los despachos. Su capacidad para detectar jóvenes talentos, hacerles explotar y venderlos a precios mucho más elevado encendió la mecha del Sevilla que conocemos hoy en día.

Por Dani Alves pagó 1,3 ‘kilos’ al Bahía y recaudó unos 35 del Barça. Y por Julio Baptista abonó 3,5 millones de euros al Sao Paulo, recibiendo 20 del Real Madrid dos años después. Son dos de los casos más lucrativos, pero la lista de gangas que ofrecieron un excelente rendimiento es larga: Palop, Kanouté, Keita, Luis Fabiano, Renato, Escudé, Maresca, Adriano y Poulsen.

En el tramo final de su primera etapa fue la compraventa de jugadores como Lenglet, N’Zonzi, Gameiro, Bacca, Vitolo, Rakitic o Krychowiak la que dio al Sevilla el músculo necesario para mantenerse en lo alto.

En 2017, Monchi se fue a la Roma en busca de nuevos retos. Su paso por la capital italiana fue breve y dejó un mal recuerdo, pero reclutó jugadores de futuro com Ünder, Zaniolo y Pellegrini. Sin embargo, gastó demasiado en fiascos como N’Zonzi o Pastore. Tras su vuelta a casa en 2019, su gestión ha tenido luces (Koundé, Diego Carlos) y sombras. Con todo, el Aston Villa confía en él para dar el salto definitivo. Le dará poderes y recursos para demostrar si su olfato continúa intacto.