Los banquillos elevan a Inglaterra

Cuando alguien te pregunta por qué la Premier League es la mejor liga del mundo suele ser útil contextualizar con los datos de audiencia de sus partidos, y los ingresos por derechos de televisión que reciben los clubes (el último acuerdo que cerró la liga inglesa: 5.600 millones de euros por cuatro años). O incluso el dinero que invierten verano tras verano, casi 1.400 millones este último. Pero, sinceramente, nada lo ilustra mejor que el Liverpool – Manchester City de este domingo.

El partido lo tuvo todo. Empezando por Anfield, un templo del fútbol mundial en la mayor de sus expresiones. Un ambiente que había asfixiado al City de Guardiola en el pasado, pero no fue así ayer. El Liverpool de Klopp respondió con la grandeza que se han ganado e inició un intercambio de golpes frenéticos en el segundo tiempo. Por el camino llegó uno de los goles del año, clásico instantáneo para los libros de historia de la Premier, una obra de arte. La ira de Pep, furibundo en la banda al ver cómo el colegiado perdonaba la expulsión a Milner, desbordado por el talentoso Foden, otro de los infinitos argumentos que impedía sentarse en la silla en el transcurso de un duelo vibrante.

Y Pep y Klopp. La rivalidad perfecta. Dos estilos tan opuestos como atractivos, que por distintos senderos buscan un destino idéntico: emocionar al espectador. El viernes, en la previa del partido, el periódico Manchester Evening News sentenciaba que “La dualidad entre Guardiola y el alemán ha superado ya, con creces, la que Pep tuvo con Mourinho. No sólo por longevidad, sino también por fútbol”. Puede que no les falte razón.

Este duelo de banquillos desenmascara otra evidencia: en las últimas décadas, el factor decisivo que ha llevado a la Premier a la cima del mundo han sido los entrenadores. Dinero han tenido siempre durante este tiempo. Grandes proyectos, no tanto. El legado que abrieron años atrás el Arsenal de Los Invencibles, de Arsene Wenge, o el gran Chelsea de Jose Mourinho, lo han retomado recientemente los Conte, Klopp, Guardiola o Tuchel.

En un país en el que el capital es capaz de atraer los mejores solistas, han sido los grandes directores los únicos capaces de moldearlos en orquestas imparables. Quizás por esto aún no existe aún un entrenador inglés campeón de la Premier League. Y quizás por esto, a parte de los millones captados de inversiones y gastados en fichajes, el fútbol inglés marca el ritmo de Europa.

LO MEJOR

El Brighton no pierde la fe

Pocos equipos divierten más en Inglaterra que los de Graham Potter. La semana pasada estuvieron a punto de ponerse en cabeza de la Premier. Esta, sometieron al Arsenal, pero no pudieron romper el 0-0. Su valentía y esfuerzo les ha valido para un inicio excelente: tras siete jornadas están a dos puntos del liderato.

EL PROTAGONISTA

Mohammed Salah

Su gol ante el Manchester City ha pasado ya a la historia de la Premier. Se sacudió de cuatro rivales en una brillante acción individual para finalizar de un derechazo imponente. En 9 partidos jugados en total este curso, suma 9 goles y 3 asistencias. Increíble el faraón.

EL DATO

90

Son los goles que ha marcado Jamie Vardy en la Premier League tras haber cumplido 30 años. Sólo Ian Wright, con 93, ha marcado más goles a partir de esa edad. Tras marcar el domingo ante el Crystal Palace, Vardy tiene a tiro convertirse en el gran viejo rockero de Inglaterra.

LO PEOR

La falta de paciencia con Xisco

El entrenador mallorquín fue hasta ayer entrenador del Watford. Los ‘hornets’ lo despidieron pese al ascenso del curso pasado, y a tenerles en 14ª plaza de la Premier con una de las plantillas más modestas. Es el sexto técnico que fulminan en dos años, y el 16º en los últimos diez.