Xavi debe pensar la vida sin Busquets

Fútbol - Sergio Busquets

Fútbol - Sergio Busquets / SPORT/EFE/AFP

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

No existe un futbolista idéntico a otro. Los hay parecidos, no iguales. El propio Iniesta ve en Pedri cosas que le recuerdan a él y en algunos movimientos de Arthur se intuía a Xavi, pero Iniesta es único, como también lo era Xavi. Y es la personalidad de cada jugador la que acaba definiendo la del equipo junto a la idea de cada entrenador. El Barça de Guardiola era una máquina de ganar porque, en aquel proyecto, futbolistas y técnico pensaban el fútbol de la misma manera y, además, eran los mejores en lo suyo. Nada habría sido lo mismo si Pep no hubiera contado con Iniesta, Xavi, Busquets, Messi, Piqué o Dani Alves. El fútbol de aquel equipo emocionaba porque quienes allí jugaban sentían este deporte de la misma forma y tratar de replicar lo que ellos hacían es el camino más corto hacia la frustración. Ni siquiera Guardiola lo ha intentado en el Bayern o el Manchester City, donde ha introducido matices nuevos adaptándose al perfil de sus jugadores sin alejarse nunca de su idea de juego. En ese proceso está también Xavi Hernández en el Barça, moldeando la idea que tiene en mente al material con el que cuenta. Por eso Busquets es tan importante para el técnico. 

Porque interpreta exactamente sobre el césped lo que Xavi dibuja en la pizarra. Replica, punto por punto, el fútbol al que aspira su entrenador. Sergio ha sido un regalo para el Barça desde la temporada 2008-2009, pero, paradójicamente, cuando su adiós se acerca, empieza a ser un problema porque no hay otro igual y, por lo tanto, es imposible encontrar un recambio. De ahí que nadie se haya molestado ni siquiera en intentarlo. Es como tener un coche con 350.000 kilómetros y esperar a que diga basta para acudir al concesionario. Ese vehículo es el mejor que has tenido en tu vida y, precisamente por ello, ni siquiera te has molestado en pensar que, es ley de vida, también acabará siendo una fotografía guardada en un cajón a la que llegues cuando lo abras y recuerdes lo feliz que fuiste con él. 

Busquets lleva tiempo meditando cuándo será su último partido con el Barça y será él quien decida qué y cómo. Como Piqué, pero sin tanta pompa. El problema lo tendrá, también en su caso, el Barça. Demasiado tiempo pensando quién podrá ejercer de él cuando, la realidad, es que nadie es capaz de hacer lo que ha hecho durante tantos años. El día que quienes deben liderar al equipo los próximos años se den cuenta arrancará el día después. Xavi, es su obligación, está obligado a pensar la vida sin Busquets.