Xavi cumplió... ahora toca a los despachos

Xavi durante la rueda de prensa

Xavi durante la rueda de prensa / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Llegó Xavi en noviembre cuando el Barça era noveno en la clasificación y lo dejará segundo, es decir, subcampeón de Liga. No está mal. En aquellos días de noviembre, el mínimo exigible era ser cuartos y visto así, el segundo puesto, que no sabe a gloria, ni mucho menos, sí concede un amplio margen de confianza al entrenador y a los despachos que en enero arreglaron el entuerto con unos fichajes low cost que han dado un cierto el resultado.

Alves y sus 38 años, ya 39, ha acabado dando la razón al entrenador que lo pidió; Aubameyang ha marcado los goles que se le pedían; Adama ha cumplido con una cesión que no tendrá más recorrido y Ferran, la gran apuesta e inversión, es el que más inquietos nos deja porque él no es un parche, él vino para hacer mucho más y ser importante en los próximos años. Quedar segundos también quiere decir que el Barça a partir de Xavi ha sido el único que ha aguantado el tipo al Madrid, al que en el cara a cara le metió un 0-4 que dio la vuelta al mundo. En la Liga, pues, objetivo cumplido. Objetivo de mínimos, pues Europa fue un fracaso. 

PARTIDO PARA OLVIDAR. Respecto al partido de ayer en Getafe, no no creo que a nadie pueda extrañarle el empate. Ni siquiera los guarismos ni la forma en que se produjo. Cero a cero porque nadie hizo nada para ganar. Nada de nada. Pero este nada de nada convenía a los dos, o sea, que los dos contentos. En el campo, la afición local satisfecha porque aunque no vio nada de fútbol, pudo celebrar la salvación después de una temporada muy difícil. Y en sus casas, adormecidos en el sofá y puede que no tan satisfechos, los aficionados barcelonistas que, en cualquier caso, han asegurado el segundo puesto y de esta manera el club podrá ingresar los ocho millones de la Supercopa de Rubi y Geri. Un partido para olvidar. Xavi ha cumplido y ahora le toca cumplir a los despachos. Ya saben, Lewandowski por encima de todo. Y dos laterales, un central, como mínimo, un centrocampista físico, un Busquets de futuro y echar a ocho o nueve. La directiva y la dirección técnica no pueden fallar.