La victoria no debe llevar a engaño

De Jong, autor del gol ante el Alavés

De Jong, autor del gol ante el Alavés / EFE

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El Barça que se vio en el primer tiempo en Mendizorroza no asusta a nadie. Jugó con un ritmo monótono, muy lento, necesitando dar tres o cuatro toques cada jugador antes de pasar el balón a un compañero, con nula profundidad e incapaz de generar una ocasión de gol. Tampoco Mendilibar fue valiente como en otras ocasiones. Su equipo no fue intenso ni fue a buscar al Barça ni tiró la línea defensiva hacia delante. Los azulgranas tuvieron mucha posesión, pero sin asociarse en corto a uno o dos toques para intentar variar el ritmo de juego. Vimos a Frenkie de Jong más retrasado que Pedri en la organización y en las bandas ni Abde ni Ferran pudieron desequilibrar. Una triste imagen en la que considero la peor primera parte de la era Xavi. La jugada más repetida fue el cambio de orientación de Piqué hacia Alba o Abde, y eso no es un bien síntoma. 

UN POCO MEJOR

Mejoró el Barça ligeramente en la segunda mitad, aplicando un poco más de velocidad en la circulación del balón, lo que provocó que se vieran más opciones de gol, aunque en ambas porterías. Arriesgó Xavi en la recta final ordenando un 3-4-3 que le fue mejor al equipo, pero en líneas generales el juego del Barça fue muy triste. La única asociación buena fue la jugada del gol entre Alba, Ferran Torres y Frenkie de Jong. La victoria, sin duda, es lo más importante, pero el resultado no debe llevar a engaño. La mejoría deberá ser muy grande de ahora en adelante para conseguir los objetivos que le restan y ser verdaderamente competitivos frente a los equipos importantes. Una tarea difícil para Xavi con una plantilla integrada por jugadores que están muy por debajo de su nivel, otros fichados que pasan desapercibidos y otros que no tienen nivel Barça.

La clave: Era fundamental ganar pero la mejoría deberá ser muy grande para lograr los objetivos.