Una victoria para soñar en la final four

Pesic marca el camino a sus jugadores

Pesic marca el camino a sus jugadores / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Cambio radical. El Barça salió a la pista con otra mentalidad. Mucho más concentrado y, sobre todo, concienciado en que no podía volver a hacer un partido blando y sin carácter. No obstante, la respuesta del Efes fue contundente con un enorme acierto desde el triple. Sin juego interior, y con pocos tiros de dos, el equipo turco pareció que volvía a reeditar el primer partido. Pero en esta ocasión los blaugrana no bajaron los brazos. Mantuvieron su intensidad detrás, haciendo las faltas precisas, y tuvieron la suficiente paciencia en ataque para buscar sus mejores opciones. En la primera mitad éstas llegaron desde la aportación de los pivots del Barça.

La pareja Tomic-Seraphin estuvo magnífica, bien acompañada por un renovado Singleton y un Claver que jugó bastante cerca del aro. Lástima que los exteriores estuvieran inoperantes, acumulando un pobrísimo dos de diez en tiros de tres. Pero, pese al desacierto, la imagen del Barça transmitió confianza en que el panorama anotador podía cambiar.

Tercer cuarto demoledor

Sin concesiones. El Barça salió del vestuario dispuesto a decidir el partido. Y lo logró. Espectacular esfuerzo defensivo, control absoluto del rebote -en especial en ataque-, y aparición del acierto desde el triple. Fue, además, un “subidón” de todos los jugadores, ya que encadenaron un seis de siete en triples, de cinco protagonistas diferentes. Un aluvión de puntos, ritmo y ambición, que empequeñeció al Efes. Mención especial al resurgir de un Kuric que se erigió en el estilete necesario en este tipo de duelos. Pero hubo más estadísticas clave, como fueron el balance entre recuperaciones y pérdidas, los rebotes y las asistencias.

El Efes vio como jugadores clave, como Micic o Moerman, no estuvieron finos. También se demostró que hacer muchas faltas no siempre es malo. El Efes anotó 13 puntos más que el Barça en tiros libres, y perdió. Una buena lección para el partido decisivo en Estambul.

Destacado

El Barça controló sus nervios y superó al Efes por ganas, defensa y ambición de victoria.

Arriba: el juego colectivo acabó decidiendo

Hubo un gran equilibrio entre el juego interior y exterior. En la primera mitad, el dominio cerca del aro fue claro para los de Pesic. Y en la segunda parte aparecieron los cañoneros del Barça para acabar de decidir el partido. Un equilibrio perfecto.

Abajo: el Efes no aguanta el ritmo

Los jugadores de Atamán, cuando les entraron los triples, pensaron que ya lo tenían todo hecho. Pero no contaron con la reacción de un rival que tenía entre ceja y ceja alargar la serie. Al final, el Efes no tuvo capacidad de reacción ante un Barça desbocado.