La triste salida de Ilaix: cuando manda el dinero

Ilaix se va del Barça

Ilaix se va del Barça

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La salida de Ilaix Moriba duele casi tanto como la de Messi. El crack argentino es el mejor jugador de la historia, pero estaba más cerca de ser pasado que presente. El canterano de origen guineano, todo lo contrario: está llamado a ser uno de los centrocampistas del futuro. Tiene talento y físico para ganarse un puesto entre los mejores del mundo. Pero le ha fallado la cabeza. Y, sobre todo, le han fallado sus asesores/representantes. Ha preferido el dinero del Leipzig al proyecto que le planteaba el Barça. Y cuando se piensa más en los euros que en el fútbol ya se sabe lo que acaba pasando.

La prioridad de Ilaix (insisto, y de sus asesores/representantes) ha sido la de hacerse más rico. Es respetable. Pero es un error que puede lastrar su carrera deportiva para siempre. Koeman ya demostró la pasada temporada que contaba con Ilaix. Y tenía importantes planes para el canterano. Ahora han quedado aparcados para siempre. El futbolista se va a un equipo menor, con menor proyección, con menor posibilidad de crecimiento… pero que le ofrece un contrato más suculento. Para él y para su entorno. Y aquí se acaba la historia. Una triste historia de lo que pudo haber sido y no fue…

La salida de Ilaix, sin embargo, no es la única que puede producirse en la frenética recta final del mercado. Emerson está a punto de firmar por el Tottenham, Neto quiere irse al Villarreal y Pjanic sigue esperando un milagro. El Barça necesita reducir masa salarial como sea. Y casi todos los futbolistas son susceptibles de ser vendidos si llega una buena oferta. La precaria situación económica del club blaugrana propicia este esperpéntico verano. Priman las necesidades financieras por encima de las deportivas y eso, evidentemente, perjudica las posibilidades del equipo. De ahí los lamentos de Koeman. Que podrían ser atendidos en el último momento, con la incorporación de un lateral (Bellerín)y un delantero. Eso sí, todo a última hora, en el último minuto del último día. Algo que dice muy poco de la planificación.