Setién, la cantera y la paradoja Riqui

Riqui Puig y Quique Setién durante un entrenamiento del FC Barcelona

Riqui Puig y Quique Setién durante un entrenamiento del FC Barcelona / FCB

Ernest Folch

Ernest Folch

Cuando Quique Setién aterrizó al Barça por sorpresa, dejando en el camino a sus famosas vacas en Liencres, generó ilusión inmediata por su tono desenfadado, su discurso futbolístico genuinamente cruyffista y, sobre todo, por su entusiasmo con la cantera, la gran olvidada de los últimos años. En este contexto, no fue ninguna casualidad que la primera foto que el nuevo entrenador blaugrana se hiciera entrenando con el equipo fuera con Riqui Puig, una de las grandes perlas de la Masia.

En el debut de Setién, el joven canterano jugó 19 minutos y en la eliminatoria de Copa ante el Ibiza llegó a disputar 71 minutos: en un campo en malas condiciones que nada le favorecía y quizás presionado por las expectativas generadas, Riqui jugó, como muchos de sus compañeros, un mal partido. A partir de ahí desapareció de las alineaciones e incluso de las convocatorias. Hoy SPORT cuenta que Riqui está recibiendo un alud de ofertas de equipos de Primera División en España y en otros países de Europa.

La situación de Riqui se puede enredar por momentos: varios equipos se lo rifan, ni que sea para una cesión, pero él quiere quedarse y Setién no lo quiere. La tercera opción sería que siguiera jugando en Segunda B, una absurdidad en un futbolista de su nivel. Puede que el jugador, muy en contra de su voluntad, termine por convencerse de que la única salida sea salir cedido, pero lo cierto es que es una paradoja que tantos equipos lo quieran y el Barça no sepa qué hacer con él.

En una entrevista a TV3, Setién se preguntaba: “La gente, ¿qué quiere? ¿La cantera o seguir adelante?”. Sorprende que el entrenador del Barça lo plantee como una disyuntiva, porque o bien no ha encontrado el talento que esperaba, o bien ha cambiado de opinión respecto a la Masia, o bien las dos cosas a la vez. Lo cierto es que, con o sin Setién, la cantera del Barça sigue esperando alguien que se la juegue por ella.