Sandro Rosell-Jaume Roures, el próximo juicio mediático

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Toni Frieros

Toni Frieros

Hoy, y en los próximos días, Sandro Rosell volverá a acaparar la atención de los medios de comunicación.  Por fin puede presentar su libro ‘Un fuerte abrazo’, testimonio en primera persona  de sus 645 días en la cárcel junto a su socio y amigo andorrano Joan Besolí.  Un libro que hubiera podido titularse, perfectamente, ‘6.500 kilómetros hacia la libertad’, que es la distancia que recorrieron ambos dando vueltas, día tras día, a la hora del patio, al perímetro de la pista polideportiva de la cárcel de Soto del Real.

Hay que reconocer que Rosell los tiene muy bien puestos, por cuanto querellarse contra toda una magistrada del Tribunal Supremo, como Carmen Lamela, no lo hace todo el mundo. No es algo nuevo, pero sí muy poco habitual.

Me consta que familiares y amigos de Sandro le aconsejaron que pasara página y que cerrara con llave, a cal y canto, este libro de su vida. Sin embargo, cual Conde de Montecristo, movido por el deseo de que se conozca toda la verdad y también, como él mismo ha reconocido, llevado por el dolor que le ha quedado, quiere llegar hasta el final.

De todo lo que ocurrió, destaco dos cosas, una positiva y otra negativa. Primero, la fortaleza de ánimo y espíritu  de Rosell para negarse a pactar con la Fiscalía y obtener así una rápida  puesta en libertad. No es nada fácil no sucumbir a esa tentación.Y segundo, me pregunto qué anidaba en la cabeza de la jueza Lamela para negarle más de diez veces   la libertad  preventiva en un caso que no representaba alarma social, no había de por medio drogas, asesinatos ni personas perjudicadas. Todo un misterio, desde luego.

Sin embargo, Rosell también ha aprovechado sus primeras entrevistas para deslizar algunas de sus sospechas de porqué él cree que la Audiencia Nacional le trató con tanta severidad: Jaume Roures. Vino a decir Sandro que el administrador único de Mediapro se movió por venganza porque cuando llegó a la presidencia del FC Barcelona cambió los derechos audiovisuales del Barça, pasando de Mediapro a Telefónica.  

Salta a la vista que ambos son enemigos irreconciliablesUna realidad que muy pronto alcanzará dimensiones públicas cuando empiece el juicio.  Roures denunció a Rosell, y a dos ex empleados de Mediapro que ahora están trabajando en el FC Barcelona, por supuesto espionaje. Los correos electrónicos personales de Roures eran enviados a Rosell.

El interés periodístico de esta noticia radica en que esas supuestas irregularidades se habrían cometido siendo Rosell presidente del FC Barcelona. Habrá que ser pacientes y esperar porque el caso aún está en fase de instrucción. Hasta el próximo año no los veremos frente a frente.

Es vox populi Sandro no solamente no aceptó esa propuesta sino que, además, está esperando a que se inicie el juicio para demostrar que, lejos de ser él quien espiaba a Roures, era él el espiado.

Dada la dimensión mediática y el peso de ambos personajes, el juicio promete ríos de tinta, porque nos introducirá en ese mundo tan cinematográfico del poder de la información y su utilización.

Como no podría ser de otra manera, a nosotros solo nos queda esperar a que hablen los protagonistas en sede judicial, a que presenten las pruebas y  conocer la resolución final del juez. No nos corresponde iniciar un juicio paralelo ni decantarnos por uno u otro.