Opinión

#Respect y #Seacabó

Jenni Hermoso con Alexia Putellas e Irene Paredes posan como campeonas del mundo.

Jenni Hermoso con Alexia Putellas e Irene Paredes posan como campeonas del mundo.

Respeto. Así se describe: ‘Del latín respectus, -‘estima’ o ‘consideración’- es la consideración y valoración especial positiva ante alguien o algo, al que se le reconoce valor social o especial deferencia. También es el proceso de honrar a alguien mostrando interés, preocupación o consideración por sus necesidades o sentimientos’. Ítem más: ‘También es uno de los valores fundamentales que el ser humano debe tener siempre presente a la hora de interactuar con personas de su entorno’.

Alexia habló en México, en la previa del amistoso del Barça Femení, e insistió en lo que ya había dicho en la zona mixta tras convertirse en campeona del mundo. Pidió respeto. Yo añado las mayúsculas: RESPETO. “Todas queremos lo mismo, que haya respeto hacia nuestra profesión. Igual que lo ha habido durante tantos años y sigue estando en el masculino. Simplemente peleamos por eso", pidió la centrocampista. Qué poco piden y cuánto cuesta. Y lo duro que está siendo para ella y para todas las firmantes del comunicado posterior al lamentable discurso de Luis Rubiales. Esa comparecencia fue un retrato robot, pasado por papel de calco, de la realidad que viven las integrantes del mejor equipo del mundo de fútbol femenino. Una fotografía de lo que han tenido que soportar, digerir, tragar, disimular, sufrir y aguantar a lo largo y ancho -que aún duele más, ese día a día casi insoportable- y que vieron como aplaudían los que sólo se retractan si la repercusión social y, sobre todo, si se pronuncia esa FIFA que los ampara y paga a todos. Les han faltado al respeto ayer y hoy. Dentro y fuera. Aquí y allá.

La campaña #EqualGame, según Ceferin, buscaba tolerancia cero respecto al racismo, sexismo, homofobia o cualquier discriminación. Y decía que “es de vital importancia que la UEFA haga que el fútbol sea accesible para todo el mundo y que a través del poder del deporte se convierta en un líder global para luchar por la igualdad social”. En las fotos y en los comunicados grandielocuentes todo esto queda muy bien. Igualdad, sí. Qué bonito. Pero cuando bajas al barro, tu superior te coge la cabeza, te estampa un beso no consentido, que no te gusta y, presuntamente, te presionan para que bajes el ‘souflé’ que todo eso ha provocado para salvar su trasero mientras estás celebrando lo mejor que te ha pasado en la vida, es cuando te das cuenta que llevar ese brazalete en el que pone #respect a lo mejor sólo es para la foto. La que ponen en tamaño póster a la entrada de las instituciones. La que sirve para justificar. La que, en definitiva, sólo es un ‘postureo’ y, a la hora de la verdad, sólo sirve para hacer bonito lo que a veces es muy feo.

Luchar por la igualdad significa que lo que pide Alexia Putellas, voz autorizada de todas sus compañeras de la selección española, sean unos mínimos que es increíble que a día de hoy no tengan. "Yo siempre voy a defender que la jugadora es jugadora. A mi generación le ha tocado ejercer otros roles, no solo de jugadoras, para conseguir eso". Esta lucha, que las ha agotado tras tantos años, al final se ha visibilizado para la sociedad “gracias” a los que las han menospreciado. Si existe la justicia divina, aquí la tienen. Respeto y se acabó.