El milagro de Koeman: resucitar al Barça

Koeman es el mejor entrenador que puede tener el Barça en estos momentos. El impecable trabajo que está realizando el técnico holandés está dando sus frutos. Y una temporada que todos auguraban de transición puede acabar con un exitoso doblete. Koeman ha sido capaz de revertir la grave crisis deportiva que asolaba al Barça aplicando el sentido común. Con serenidad, y a pesar de las dificultades, ha ido construyendo un equipo titular mezcla de juventud y experiencia. Ni siquiera las inoportunas lesiones le han desestabilizado. El Barça juega cada día mejor y, sobre todo, es cada día más solvente. Su impresionante racha en la Liga (34 de 36 puntos posibles en 2021 y 17 partidos sin perder) lo demuestra. Tanto como la excepcional remontada en la Copa ante el Sevilla que le ha dado acceso a la final. Es verdad, hay el lunar de la Champions. Pero la eliminación ante el PSG acabó siendo tan digna que generó optimismo. Un optimismo que nace de las sensaciones que transmite un equipo que, paso a paso, partido a partido, ha ido creciendo en su rendimiento y en su eficacia.

Koeman asumió el cargo en el peor momento. Con Messi queriendo irse del Barça, sin dinero en la caja para fichajes y con Bartomeu acosado por una moción de censura que acabó provocando su dimisión. En medio de este caos, su talante le ha permitido salir airoso del tremendo reto al que se enfrentaba. Ha reenganchado a Messi al proyecto, ha apostado por la cantera como alternativa y se ha erigido, incluso, como portavoz del club en las peores horas de la crisis institucional. Sus extraordinarios conocimientos del Barça y de su entorno le han ayudado. Mucho. Miembro destacado del Dream Team, héroe de Wembley y discípulo de Cruyff, Koeman ha resucitado a un equipo que estaba muerto. Y eso le hace merecedor, sin duda, de la confianza que le ha prometido Laporta. Y del apoyo unánime, sin fisuras, de la plantilla. Koeman ha demostrado con su trabajo que no era un parche sino un gran acierto. El último acierto de Bartomeu.