El Madrid pide a gritos una renovación

Milagros los justos para el Madrid. A estas alturas de la competición, el Madrid va muy apurado y quedó en evidencia en Stamford Brige donde el Chelsea le pasó por encima con una superioridad aplastante. Sí. Aplastante. El Madrid pudo acabar con una goleada pero entre las avtuación de Courtois y, sobretodo, la alarmante falta de puntería de los jugadores de Tuchel dentro del área sirvió para que el Chelsea se llevara una ajustada victoria que le clasifica para la final de Estambul donde se encontrará con el City de Pep. No partirá como favorito pero tampoco lo era en los octavos contra el Atlético, en los cuartos contra el Oporto ni en las semifinales contra el Madrid. 

El Chelsea se ha reestructurado con Tuchel que ha sabido ordenar a un equipo sin estrellas pero joven y con una potencia física y velocidad fuera de lo común. Esta fue la gran diferencia con el Real Madrid que se presentó a este partido con la única baza que su escudo, con el recuerdo de lo que fue pero ya no da para más. Ramos, tras tres meses parado, saltó al campo como un triunfador y se fue con la cola entre las piernas porque fue un lastre para los suyos, la máxima expresión del quiero y no puedo. Hazard, premiado de forma inmerecida, fue el otro lastre. La diferencia física entre ambos equipos era abismal. Si parecía un partido entre juveniles y mayores...

Lo único bueno del Madrid es que solo perdió por 2-0. En un partido así, que los ha vivido, el Barcelona le hubieran metido cuatro o cinco goles porque no acostumbra a salir vivo cuando le avasallan. Fue lo único bueno del Madrid que ve como se despide de la Champions con más pena que gloria, con un equipo viejo que pido a gritos una renovación. El Barça, en este sentido, se ha avanzado a este proceso y le lleva ya un año de ventaja.

De los tres títulos en juego, ya solo le queda la Liga. Y el Madrid no depende de sí para lograrla. Circunstancias de la vida: Depende del Barça.