Luis Enrique y la España de los líos

Luis Enrique está encantado con los jugadores de la selección

Luis Enrique está encantado con los jugadores de la selección / RFEF

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La Roja debuta esta noche en la Eurocopa y lo hace envuelta en extrañas sensaciones. Para empezar, es evidente que estamos ante un nuevo ciclo. Hace nueve años que la selección finalizó su ciclo triunfal, aquella triple corona que entre 2008 y 2012 certificó a España como la gran dominadora del fútbol mundial. Un dominio que transcurrió a la par que el del Barça a nivel de clubs, pero aquello ya acabó y ahora se trata de crear un nuevo equipo campeón. La España de Del Bosque languideció con el propio Vicente en Brasil 2014 y Francia 2016 y fracasó en su primer intento de renovación con el Lopetegazo de Rusia 2018. Luis Enrique es el líder de este nuevo ciclo y nadie le podrá echar en cara que no ha cogido el toro por los cuernos. Sergio Ramos, fuera y ninguno del Madrid, ¡toma ya! Una decisión que, tal como está montado el tinglado de la selección en este país, es una auténtica osadía.

AL LÍO

Miren, Madrid, el lobby madrileño, que incluye a la prensa, por supuesto, es el epicentro de la selección. En los años de Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué, Busquets, Villa y compañía no les quedó otra que hacérselos suyos, pero allí tenían a Casillas de capitán y a Sergio Ramos. Ahora no tienen nada y no tendrán piedad con Luis Enrique. Se ha enfrentado al sistema y ya se ha visto que la concentración está siendo complicada. Campaña pro Sergio Ramos y bofetadas por todos los lados por renunciar a dos seleccionados. Personalmente, entiendo a Luis Enrique: cuanto menos jugadores sin jugar tengas, menos descontentos tendrás. Y con lo de Ramos, no hay dudas. Hay futbolistas que, por su propia grandeza, no pueden ser suplentes y Ramos no está para ser titular, así que mejor quitarse el problema de encima. Le pasó a Luis con Raúl y hasta que no prescindió de Raúl no se ganó nada. El positivo de Busquets por Covid y el posterior de Llorente no le ha ayudado y luego cometió el pecado de no llamar a Nacho, ¡a Nacho!, para el plan B. Hemos vuelto a la España de los líos, mal asunto. Luis Enrique merece ser héroe por haberse enfrentado a la realidad, pero será villano si la pelota no quiere entrar. Empezar bien es crucial; que tenga suerte, la necesitará.