Lo imposible

Messi, Griezmann y Trincao, celebrando un gol del Barça ante el Alavés

Messi, Griezmann y Trincao, celebrando un gol del Barça ante el Alavés / Javi Ferrándiz

Xavi Torres

Xavi Torres

Día grande. Regresa la Liga de Campeones con un partidazo ante el Paris Saint Germain. ¿Con qué Barça? ¿El de Messi liderando, con goles tan fantásticos como los del sábado ante el Alavés, o el irregular equipo de Koeman, sin opciones ante los equipos grandes?

Dice la estadística que el Barça solo ha logrado una victoria en los seis partidos que ha jugado ante equipos grandes. Ganó al Juventus (0-2) pero perdió ante el Real Madrid (1-3), Atlético (1-0), Juventus (0-3) y Sevilla (2-0) en Copa, además de un empate, de nuevo ante el Sevilla (1-1), en Liga. El séptimo rival poderoso será el PSG. ¿Está preparado este Barça para asumir grandes retos? Es evidente que el equipo no transmite confianza para un rendimiento continuado pero, como decía aquel, fútbol es fútbol.

Permítanme. No hace mucho, el Barcelona mandó en el fútbol mundial con Pep Guardiola en el banquillo y un centro del campo formado por Sergio, Xavi e Iniesta, más Messi incorporado como falso 9. El excelso dominio del método por parte de los cinco y su extraordinario talento provocaron un hábito ilógico: atacar por el centro. Los tres pequeños obraron el milagro de combinar sin espacios entre decenas de piernas para marcar goles increíbles. Uno tras otro. Y, como ya se sabe que lo que tiene éxito crea tendencia, todos los jugadores quisieron copiarlo.

Ante el Alavés, por citar el último partido, Messi intentó repetir la fórmula con Riqui, Illaix, Trincao y Griezmann, o Pedri y Dembélé, en la segunda parte, pero todo acabó en un intento tras otro. Ponerse la camiseta del Barça no es sinónimo de saber atacar por el centro y sin espacios.

En el mismo partido ante los de Abelardo, sin embargo, el balón mostró el camino que conviene: el primer y el quinto gol llegaron gracias a la profundidad de Mingueza y Griezmann, por fuera; el segundo y el cuarto, gracias a dos chuts de Messi desde la larga distancia, y el tercero, aprovechando una contra.

Dominar el juego de posición es muy importante para certificar la posesión -con balón- y la presión -sin él- pero cuando faltan conocimientos y el talento no es el de Leo, Xavi o Andrés para buscar y encontrar lo imposible es necesario regresar a la primera lección del método y usar el sentido común.

¿Por donde hay menos futbolistas? Por fuera. Pues mejor atacar por ahí y, quizás, cuando se consiga el desborde desde el extremo aparezcan los espacios por dentro. ¿Es posible entrar hasta la cocina combinando? No. Pues habrá que chutar de lejos porque, al final, el gol vale igual y, quizás cuando los rivales vayan a tapar el tiro lejano, aparezca el espacio por dentro para anotar como si del fútbol sala se tratara. Y la modernidad muestra a los zurdos jugando por la derecha para recortar hacia dentro y chutar y a los diestros jugando en la banda izquierda, con idéntico objetivo. Todo a pierna cambiada. Todo más complicado. Todo para acabar en un embudo.

Quizás la mejor idea sea regresar a lo posible ante la complicación, por el momento, de coquetear con lo imposible.

El nuevo contrato de Illaix

Illaix debutó el sábado en Liga con 18 años, once después de su llegada al club procedente del Espanyol. Futbolísticamente ofrece un perfil diferente al del clásico interior de la Masía pero domina el método y ambas piernas. Además, soporta bien la presión, es competitivo y ganador.

Es una de las apuestas del Barcelona desde hace un lustro y por eso el exsecretario técnico, Pep Segura, le protegió tras protagonizar algunos episodios para olvidar y cambió toda la normativa no escrita pero sí asumida para ofrecerle un contrato de renovación en 2019 nunca visto para un chico de 16 años, de casi dos millones de euros.

Illaix, además, a diferencia del resto de sus compañeros juveniles que suelen quedar atados por un contrato de 3+2, firmó solo por tres años. En el primero, saltó de la categoría cadete al Juvenil A y debutó con el filial, y en el segundo -éste- juega en el B y ya se ha estrenado en el primer equipo. ¿Qué sucederá en su tercer año? Quien sabe. Lo que está claro es que si sus representantes -que se llevaron una comisión histórica cercana a los dos millones y medio de euros- sangraron al Barça con un futbolista juvenil lo que va a venir a partir de ahora se presume, otra vez, de récord.

Teniendo en cuenta la calidad del chico, la economía propia, la de los clubes pretendientes y su última renovación, el nuevo presidente va a tener que dar lo mejor de sí para retener a Illaix Moriba en una negociación que, por estrategia de club, no puede esperar ni un día más.