Las cosas no pasan porque sí

Messi y el poste, una historia con más odio que amor

Messi y el poste, una historia con más odio que amor / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Cuatro partidos, siete puntos ganados. O, lo que es lo mismo, cinco puntos perdidos. Suena peor lo segundo que lo primero, pero es igual de lamentable. El rendimiento del Barça no es satisfactorio. Ha ido de más a menos, al principio de la mano de la explosión de Ansu Fati, que sorprendió a dos entrenadores como Emery y Oscar García, pero que puso sobre aviso a Lopetegui y Bordalás, y ahí empezó a acabarse todo. Y se acabó porque del peor Barça de los últimos doce años solo ha cambiado el entrenador y el sistema. Los jugadores son los mismos que acabaron humillados en agosto. Los fichajes han sido de perfil bajo, nada determinantes. Pjanic es suplente; Dest llegó tarde y solo es un proyecto de buen futbolista de diecinueve años; Pedri ya es más que un proyecto: sí tiene talento, ideas y chispa pero con diecisiete años no puede cargarse al equipo a la espalda. Trincao, más o menos, seguramente menos. La jerarquía y el peso del equipo lo siguen llevando los mismos que la temporada pasada dejaron solo a Messi. Con el agravante de que no está Suárez...

PREGUNTÉMOSLE A MESSI 

Sí, agravante, porque sin Suárez no hay rematador ni nadie que inquiete a los centrales rivales, que juegan muy cómodos. El problema no ha tardado en aflorar: no hay gol. Griezmann no reacciona y toma cuerpo la sensación de que es irrecuperable. Que lo es Dembélé, irrecuperable, digo, es mucho más que una sensación, es casi una certeza. Y así, Coutinho es la gran esperanza... ¡manda huevos! Cuando hace dos meses nadie en el Barça le quería. Queda Messi, siempre Messi, claro, pero tan solo como la temporada pasada y con un año más. No, Messi no puede hacerlo todo solo, porque si nos vamos más atrás en el campo y vemos a De Jong, pues también es para inquietarse... Quiero decir que las cosas no pasan porque sí. Este Barça no es mejor que el de la pasada temporada. Tiene más juventud y ojalá que más hambre e ilusión, pero no basta. Habrá que fichar, ¡y bien!, en enero. Puede que dé para la Liga, porque el Madrid aún está peor, pero para Europa, permítanme que lo dude. Y si no, preguntémosle a Messi, a ver si ha cambiado de opinión.