Por qué Laporta y Xavi se refuerzan

Joan Laporta, durante su intervención en el Camp Nou este miércoles 21 de febrero

Joan Laporta, durante su intervención en el Camp Nou este miércoles 21 de febrero / JAVI FERRÁNDIZ

Ernest Folch

Ernest Folch

Este martes se produjo un curioso y trascendente diálogo a distancia entre Laporta y Xavi que explica muy bien las estrategias a medio plazo de las dos personas clave que lideran el club.

Laporta sorprendió en el Círculo Ecuestre con una inesperada oferta de renovación a Xavi: “se la jugó, conoce la casa y defiende el estilo genuino del Barça”, y recalcó que quiere que continue “aunque no gane LaLiga”. En cambio, unas horas más tarde y desde Terrassa, Xavi apostaba por una vía muy diferente, la de esperar y ser prudente: “primero los resultados, luego ya veremos”. Lo que ayer quedó claro es que, a pesar de que Laporta fichó a Xavi con poco entusiasmo (había sido el candidato de su rival electoral y en en algún ‘off the record’ poco antes de su contratación el presidente había deslizado su escepticismo con su inexperiencia), la relación entre los dos pasa ahora por un momento dulce. Laporta le reconoce públicamente su coraje y

Xavi se deshace en elogios: “Jan es mi amigo, el Barça tiene mucha suerte de tener un presidente como él.” Más allá de que es evidente que la relación se ha fortalecido, quizás lo que ha sucedido es más sencillo: los dos han llegado a la conclusión de que se necesitan mútuamente. Laporta sabe que un cambio de entrenador, incluso justificado por la falta de resultados, lo dejaría en una situación muy débil, y por eso el martes quiso dejar claro que quiere que Xavi continue aunque no gane nada. El presidente repite así la estrtategia que tan buenos resultados le dio con Rijkaard en el 2004, cuando apostó por él tras un año en blanco. En esto Laporta ha sido totalmente fiel a si mismo y a su filosofía que los entrenadores tienen que sentir “estabilidad” para conseguir mandatos largos.

En el otro lado, Xavi ha seguido en cambio el manual clásico de Pep Guardiola, que en su momento ya siguió la misma estrategia con el propio Laporta: esperar a los resultados, y en cualquier caso renovar poco a poco y sin prisas. Curiosamente Xavi se encadena a los resultados y se mete más presión, quizás porque es el primero que sabe que en el Barça, si no se consiguen títulos, una renovación, por muy firmada que esté, puede convertirse en papel mojado.

En definitiva, todos han hecho esta vez lo que debían: Laporta lanza en público una oferta de renovación que es en realidad una inteligente muestra de confianza, y Xavi la rechaza (de momento) en un acto de honestidad y fidelidad al club que el socio agradecerá. Es decir, en este imprevisto cruce de declaraciones, los dos se refuerzan y el club se da un respiro, a la espera de cómo evolucionen los negros nubarrones del caso Negreira en el horizonte.

MÉS QUE UN CLUB, Los deberes que pone el 8M

El número de mujeres socias del Barça ya supera las 37.000, casi 10.000 más que hace 20 años, aunque sigue habiendo un porcentaje muy mayoritario de socios hombres: 74% frente a un 26% de mujeres. Aunque el Camp Nou sigue siendo uno de los campos de LaLiga con más presencia femenina, ellas siguen siendo minoría. El Barça ha sido un club pionero en su exitosa apuesta por el fútbol femenino, ahora debe dar un paso más en la presencia de las mujeres en el campo. El 8M debe servir también para dar otro impulso.

MENYS QUE UN CLUB, Corre peligro el Barça como club?

El dudoso acuerdo al que llegó en 2016 la junta de Bartomeu con la Fiscalía para condenar al club puede convertirse en una arma de destrucción masiva si las diligencias que se han abierto contra el club por el caso Negreira desembocan en una sentencia condenatoria. Aunque queda todavía mucho recorrido legal, los antecedentes que tiene el club a raíz del acuerdo del 2016 pueden llegar a tener consecuencias nocivas, como la pérdida de licencia o la disolución de la entidad. Corre peligro el Barça? La sola formulación de la pregunta provoca indignación y miedo