Laporta ya tiene el poder del dinero

Joan Laporta, en una imagen de archivo

Joan Laporta, en una imagen de archivo / Javi Ferrándiz

Joan Vehils

Joan Vehils

El domingo pasado fue el mejor día para Laporta desde que es presidente por segunda vez. Diría incluso que fue la mejor semana desde que tomó posesión hace ya casi diez meses. Por un lado, los socios avalaron la financiación del Espai Barça y por otro desaparecen los avales del club. Dos de los temas que más dolores de cabeza le han traído desde que ganó las elecciones. Una semana redonda que marcará toda la legislatura, pero que Laporta deberá administrar con sutileza y habilidad.
El hecho que desaparezca la necesidad de avalar el 15% del presupuesto del club hace que los dos principales avaladores, José Elías y Jaume Roures, dejen de tener influencia en el presidente. Roures ya anunció que no seguiría y Elías tampoco lo hará. Al presidente de Audax Renovables le gusta mandar tanto como a Laporta y en este Barça solo manda uno. En este sentido son incompatibles. Sin embargo, habrá que ver que trato dispensa el presidente sobre aquellos directivos que han avalado de sus propios bolsillos respecto a los directivos-amigos que también forman parte de la junta, pero que por una cuestión u otra no han tenido apenas que rasgarse sus bolsillos.
El presidente sabe por experiencia propia que solo es posible manejar un club como el Barça con un reducido núcleo duro. Así que habrá que ver quien integra ese círculo de personas más próximas al presidente y quien, a partir de ahora, pasa a ocupar un lugar secundario e irrelevante en la junta directiva. Habrá que ver también el papel que juega a partir de ahora Eduard Romeu. El vicepresidente económico entró gracias a los avales prestados por José Elías, pero junto al director general, Ferran Romeu forman un experto tándem en temas financieros y se ha hecho respetar por buena parte de sus colegas y ejecutivos del club.
Dijo Laporta y repitió en innumerables ocasiones durante la campaña electoral que la experiencia era un grado y ahora es el momento para demostrarlo y para crear los cimientos de una junta directiva fuerte y que no se divida a la primera de cambio.
Respecto a los 1.500 millones que el Barça recibirá de Goldman Sachs para la construcción del Espai Barça sería bueno que a partir de ahora se explique con la máxima transparencia y detalle cada una de las contrataciones, concursos o pasos que van a realizar. Solo así, con la seriedad que aporta el directivo Jordi Llauradó y bajo el control de una comisión independiente se evitarán los clásicos rumores que siempre rodean al Barça y que tanto daño hacen.
Dicho esto, el mejor Laporta que ha tenido el Barça fue cuando el presidente tuvo poder absoluto de decisión y la tesorería estaba más o menos llena. Ahora vuelve a tener el poder del dinero. El futuro del Barça está en sus manos. Así lo ha decidido el socio.