Opinión

Lamine Yamal hará olvidar a Dembélé

Lamine Yamal hizo historia ante el Cádiz

Lamine Yamal hizo historia ante el Cádiz / J. Ferrandiz

Su carrera es meteórica y ayer mismo decidió unir su futuro internacional a la selección española, de modo que Luis de la Fuente le va a llamar de inmediato. Su irrupción en el fútbol de élite ha sido un impacto mundial, algo reservado solo para los dioses. ¿Recuerdan aquel Gamper de Messi contra la Juve? Pues parecido, eso sí, salvando todas las distancias.

Lamine Yamal no será Messi y si lo es, estaremos ante un milagro de esos que se dan cada cien años. Pero Lamine será un crack de los de verdad. Si no se estropea, claro, que ahora viene lo más difícil. Ya saben, gestionar la fama, el dinero, la presión, los nuevos amigos, esos que intentarán pegársele como una lapa para chuparle la sangre... Si no se estropea, digo, es un Balón de Oro en potencia.

Sí, ya sé que igual estoy tirando las campanas al vuelo demasiado pronto, por eso advierto que ahora viene lo más difícil. Pero es que, además, todas las fuentes a las que acudo para preguntar sobre él, sus cualidades humanas, básicamente, fuentes que le conocen, por supuesto, me dicen lo mismo: “tiene la cabeza muy bien amueblada, se comporta con una madurez impropia de su edad y en un entorno que no le es fácil”.

La clave está ahí: la cabeza. Futbolísticamente, no hay duda: tienes unas cualidades técnicas y físicas descomunales. Yamal es un prodigio, ¡cuidémoslo! Y miren por donde, un episodio reciente puede ser su mejor espejo: el fiasco Dembélé. Sí, sí, fiasco, pues lo de Dembélé en el Barça ha sido un fiasco, por mucho que le duela a Xavi. Me sorprende tanta devoción del entrenador por Ousmane, pero bueno, seguro que con el diamante en bruto que tiene en las manos con Yamine ya no le echa en falta.

Miren, me voy a arriesgar: Lamine Yamal hará olvidar a Dembélé. Tiene 16 años, cuatro menos que Dembélé cuando aterrizó en el Camp Nou previo pago de ciento y tantos millones. Démosle cuatro años y verán lo que valdrá. La diferencia entre uno y otro está en la cabeza. Dembélé la perdió muy pronto; si Lamine no la pierde y todos le ayudamos para que no la pierda, será mucho mejor. Al tiempo.