Echar al entrenador o echar a 20 jugadores

Koeman se marchó muy enfadado del Ciutat de València

Koeman se marchó muy enfadado del Ciutat de València / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Koeman, probablemente, pagará los platos rotos. Como lo hicieron en su momento Valverde o Setién. Porque el entrenador es el eslabón más débil de la cadena. Y porque es más fácil echar a un técnico que a veinte futbolistas. Koeman no es el culpable de la situación del Barça. Al contrario. Koeman ha sido, durante muchos meses, la solución. Koeman resucitó un equipo moribundo y le ha llevado a las puertas del doblete... cuando todo el barcelonismo auguraba una temporada de transición sin títulos. Koeman ha lidiado con una triple crisis deportiva, económica e institucional ejerciendo un liderazgo y una responsabilidad que no le tocaban. Está claro que Koeman no es el problema. El problema no está en el banquillo, sino en el campo. El problema no es el entrenador, sino los jugadores. Ocho de los titulares que fueron humillados por el Bayern en la Champions hace nueve meses fueron también titulares el martes en el ridículo frente al Levante. Y ese es, precisamente, el problema. Y no otro. La revolución que tenía que llevarse a cabo el pasado verano se quedó a medias. Y se ha demostrado que un proyecto de futuro no puede construirse sobre unos cimientos podridos. Es la envenenada herencia de Bartomeu, que ahora Laporta deberá gestionar como buenamente pueda.

La primera decisión deportiva de gran trascendencia que deberá tomar el nuevo presidente (más allá de la renovación de Messi) es decidir la continuidad o no de Koeman, al que le queda un año de contrato. El holandés no es ‘su’ entrenador. Jamás lo ha sido. Aunque le ha guardado respeto e incluso le ha mostrado su confianza públicamente a pesar de las dudas que ha expresado en privado. El doblete hubiera obligado a Laporta a mantenerlo pero el KO en la Liga le da la excusa perfecta para destituirlo. Para empezar a crear su propio Barça con otro entrenador. Pero ¿qué entrenador? ¿Y con qué jugadores? Estas son las dos grandes preguntas que no tienen, en estos momentos, respuesta. Veremos si Koeman es capaz de convencer a Laporta, en su inminente cara a cara, de que puede liderar el futuro.