Las ideas de Cruyff son hoy el 'mainstream' del fútbol

Rubi, Valverde y Eusebio, junto a una de las hijas de Cruyff, Susila

Rubi, Valverde y Eusebio, junto a una de las hijas de Cruyff, Susila / JAVI FERRANDIZ

Ernest Folch

Ernest Folch

Fue emocionante escuchar a los tres entrenadores de los tres equipos catalanes de Primera el pasado martes, en la sede de Mediapro en Barcelona. No porque estén articulados, que lo están, no porque sean inteligentes, que lo son, sino por encima de todo porque se pudo constatar que los tres hablan el mismo lenguaje. El diálogo entre Valverde, Rubi y Eusebio, bien conducido por Ricard Torquemada y Pere Escobar, sirvió para poner de manifiesto que el cruyffismo, en cualquiera de sus derivadas, es hoy el ‘mainstream’ del fútbol treinta años después de que Johan aterrizara en Barcelona como entrenador y cambiara para siempre el fútbol y algunas cosas más.

Los rombos que Johan le explicaba a Eusebio en aquel lejano 1989, y que le “enamoraron” era por entonces la locura de un genio y hoy son la base sobre la cual se sustenta cualquier equipo que trabaje el juego de posición. Pero si Cruyff triunfó no fue solo por su riquísimo ‘corpus’ ideológico, transmitido oralmente de generación en generación como si se tratara de una tribu, sino también por la convicción con que expresaba su ideario: “Cualquiera le decía que no”, apuntó Valverde entre las risas del público. Nada demuestra mejor la expansión de sus ideas que un técnico como Rubi, que ni siquiera le conoció, confesara que todavía hoy, cuando en su vestuario dice “Salid y disfrutad” lo hace conscientemente, pensando en uno de los tantos aforismos que dejó el maestro para la posteridad.

Y es que el cruyffismo está más vivo que nunca y se expande mucho más allá del Barça, como prueba la cruyffista victoria del Betis de Quique Setién el pasado domingo ante el cruyffista equipo de Valverde en el Camp Nou o, para no ir más lejos, la selección española que juega hoy contra Croacia, que llegó al cénit con la ortodoxia de Cruyff, reajustada por Del Bosque, y que hoy, después de otras tantas evoluciones, sigue el camino de la posesión y el control del juego. Lo que empezó siendo la idea de una mente maravillosa que aplicó como un experimento de laboratorio en el club de su vida ha terminado conquistando el mundo.