Pocas horas para arreglar el puzle

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Rueda de prensa de Xavi Hernández

David Bernabeu

David Bernabeu

Tras el parón, el Barça se ha caído. No me parece que esto pueda ya disimularse a dos días de jugársela ante el Inter y a seis del primer clásico del curso. ¿Esto significa que el equipo se va a estrellar en la semana más trascendente del año? Ni mucho menos. Quiere decir lo que quiere decir: que Xavi Hernández tiene trabajo y necesita recomponer el puzle.

Desde luego, mejor intentarlo desde la atalaya del liderato, viendo al Madrid por el retrovisor. En pocas semanas, el aspirante ha pasado de generar más de diez ocasiones claras por partido a ser un equipo sin fútbol y sin colmillo. En Robert Lewandowski, el termómetro del nuevo proyecto, se resume la gráfica de este descenso.

Tras rematar 31 veces - 19 entre palos -, no ha firmado un solo disparo en los dos últimos compromisos. Y su último gol, frente al Mallorca, fue una obra de arte propia de su factoría, nada que ver con la producción colectiva. En ese ilusionante primer tramo, el Barça cimentó su imagen en cuatro pilares: energía, velocidad, presión tras pérdida y la eficacia de Lewy.

Se lesionaron Araujo y Koundé, anduvo renqueante Eric García y el equipo perdió fuelle en la última línea. Para defender y para atacar. Retrocedieron los centrales, dejaron de anticipar para juntar al equipo, más largo que de costumbre, más deslavazado para la presión alta y peor situado para generar y dar vuelo a los extremos. Dembélé y Raphinha, erráticos en la toma de decisiones, no aportan gol y el juego posicional se ha convertido en un jeroglífico.

Ante el Celta, Pedri -¿en la derecha?- tocó 20 balones menos que Gavi en el primer tiempo. 37 a 17. En Milán, con el 71 por ciento de posesión, se encontraron sólo tres veces. ¿Alguien se imagina a Xavi e Iniesta, en esos porcentajes de dominio, dándose sólo tres pases? Descansar con balón cuando el rival aprieta y crear superioridades por dentro sigue siendo un crédito sin aprobar. La semana que arranca esconde un juego perverso y Xavi necesita sacarse algo de la chistera. Ojalá su genio reluzca y le acompañe.