Opinión

La hora de la verdad para el Barça de Xavi

Frenkie de Jong y Andreas Christensen durante una sesión de entrenamiento con el FC Barcelona

EFE

No hay una sola guerra que no se haya ganado saliendo antes airoso de diferentes batallas. Este Barça que nos ocupa y del que siempre esperamos lo mejor, ya ha perdido dos: la Supercopa de España y la Copa del Rey. Y por el camino, el capitán general del ejército azulgrana, Xavi Hernández, ya ha dicho a sus superiores, a su cuerpo de oficiales y a sus soldados, que no seguirá comandando el pelotón cuando esta guerra acabe. ¿Y si acaba bien?

Para que así sea, solamente cabe una cosa: conquistar la Liga y levantar por sexta vez la Copa de Europa, aunque si esto último ocurriera, poco o nada importaría el devenir de lo primero. ¿Estamos de acuerdo en eso? Creo que sí, porque a pesar de esa euforia que se dispara en el club por parte de sus máximos responsables en cuanto los buenos resultados se mantienen durante un tiempo (de ahí la reacción inversa si no se cumplen las expectativas), el Barça de Xavi no ha hecho nada excepcional… todavía y que, además, no esté obligado a hacer a estas alturas de la temporada: es decir, llegar vivo a la recta final del curso con opciones de conquistar varios títulos.

Y eso, este año, ha pasado… a medias. Alcanzar los cuartos de final de la Champions League es lo que está presupuestado cada temporada en materia económica. Lo anormal fue lo que había ocurrido los dos años anteriores: caer eliminados en la fase de grupos. Quedan cinco partidos para ser campeones de Europa. Cinco batallas. No sería la primera vez que un equipo que titubea en el campeonato doméstico (Real Madrid, Chelsea, Milan, Liverpool, Inter…) se crece en la Champions y la acaba conquistando. Mucha gente cree que es imposible que el Barça de Xavi doblegue al PSG. Yo no, y menos jugando la vuelta en casa. Será el día y la hora donde los jugadores deberán demostrar de qué pasta están hechos, de decirle a Europa que el Barça quiere… y puede. Y así, hasta la final.

Otra cosa es la Liga, donde el gran reto será ir al Bernabéu y ponerlo patas arriba, como se ha hecho tantas veces en los últimos tiempos. Aún y así, el título seguiría estando en manos de un Real Madrid muy sólido en casa y con un espíritu competitivo a flor de piel. Sin embargo, si el Barça de Xavi saliera airoso de ese clásico, ojo. No hay nada peor que creer que vas a llegar a la meta sobrado y ver cómo el segundo te va echando el aliento. Será otro duelo para valientes, para futbolistas de casta, oficio y ambición, porque la calidad se presupone que la tienen y la condición física, también.

Soñar despiertos no está prohibido. Y si se cae, que sea con las botas puestas. El Barça de Xavi aún no ha perdido la guerra final. Que la ambición, el fútbol…y la suerte, os acompañe.

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