Lo que no hay que hacer con Lamine Yamal

Lamine Yamal, ante Jaume Costa

Lamine Yamal, ante Jaume Costa / Javi Ferrándiz

Dídac Peyret

Dídac Peyret

"Es un futbolista diferencial pero hay que cuidarle, tiene muy corta edad para quemarle". En un Barça con más recursos desde la llegada de los Joaos, Xavi ha bajado de revoluciones con Lamine. Es normal que hasta él tenga un debate interno porque no hay una hoja de ruta infalible para casos así.

Es comprensible que quiera apartarlo del foco, incluso que no sea titular indiscutible, pero sorprende que, una vez en el campo, el equipo no exprima todas sus posibilidades. En Mallorca Lamine impulsó al equipo en la recta final del partido con su desequilibrio. Pero incluso, tras demostrar en cada ocasión que tuvo que era una ventaja competitiva, el equipo nunca se volcó en él como hacía con Dembélé.

Y eso que cada acción de Lamine tuvo picante e intención. No solo demostró desequilibrio (superó a su rival en cada intento), sino también una pausa que mejora todas sus decisiones. A veces parece jugar flotanado como si controlara cada movimiento y le acompañara una imperturbabilidad natural. Hay muchos delanteros con uno contra uno, pero muy pocos capaces de tener en la cabeza el gesto individual y lo que hacen sus compañeros al mismo tiempo.

Por eso sorprende que en los últimos partidos, cuando ha salido en la segunda parte, el equipo por momentos volcase la mayor parte del juego en la otra banda. En partidos donde todo se iguala el Barça debería sacar el máximo rendimiento a uno de esos jugadores que llamamos diferentes.