Griezmann, suplente; Suárez, Pichichi

La celebración de Griezmann desde la grada del gol de Dembélé

La celebración de Griezmann desde la grada del gol de Dembélé / MEDIAPRO

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Es posible que hoy juegue y marque dos goles ante el Athletic. Sí, claro que es posible. ¡Ojalá! Y como el fútbol es un estado de ánimo, todos pensaremos que por fin se ha roto el maleficio y Griezmann iniciará el camino de su triunfo en el Barça. ¡Ojalá! Pero la ilusión de unos posibles noventa minutos no puede cegarnos ante la realidad de un año y medio. Griezmann es, hoy por hoy, suplente en el Barça. Suplente de un chico de dieciocho años y de un delantero centro al que no podemos considerar de primerísimo nivel. Y para acabar de hacerlo más doloroso, Luis Suárez es Pichichi y líder de la Liga en el Atlético.

Esta realidad merece una seria reflexión. Miren, no puede ser que lo de Griezmann sea un problema única y exclusivamente futbolístico. Es imposible que se le haya olvidado jugar a fútbol. Tampoco es posible que semejante caída a los infiernos se deba a una falta de adaptación al sistema. No es normal que un profesional de primer nivel no se adapte mínimamente a lo que sea en un año y medio. Puede que le cueste más brillar, eso sí, pero ¿que no dé una a derechas?... PROBLEMA PSICOLÓGICO Con toda la humildad del mundo planteo que lo suyo puede ser es un problema psicológico, de personalidad... de pérdida de confianza, seguro. Griezmann era la figura en el Atlético y por declaraciones y actitudes ya dejaba entrever que necesita ser el máximo protagonista de un grupo.

Ya saben, aquello de comer en la misma mesa de Messi y Cristiano, el apunte de su esposa en el documental en el sentido de que en el Barça simplemente sería uno más... Ha tenido la necesidad de echar siempre la culpa de sus problemas a otros, a Messi, a Koeman... ¿No será que el Barça no es su hábitat natural? Aquí se le ha roto su ecosistema y se encuentra bloqueado y sin rumbo.

Es solo una posibilidad, pero lo que sí es seguro es que podría ir mirándose precisamente en Suárez, al que arrancaron de su territorio preferido y de su mejor amigo en el Barça y no ha necesitado ni quince días para seguir siendo grande en el Atlético. Es una demostración de que si se quiere, se puede. Y que Griezmann, como mínimo, puede demostrar que es mejor que Braithwaite estoy seguro de que no es tan difícil. Solo ha de quererlo...