El Fenerbahçe marca el nivel de excelencia

PASO A PASO

El Barça está haciendo una gran Euroliga. Si tenemos en cuenta de dónde venía el equipo, la imagen actual es impecable. Pero no se puede pasar de la nada al todo de una tacada. Los peldaños hay que ir subiéndolos poco a poco. De momento, en este inicio de campaña, los blaugrana habían subido de golpe hasta el primer rellano. Pero ascender siempre a este ritmo no es factible. Es obligado hacer una pausa para respirar, prepararse y reinventarse, para seguir con fuerza el asalto a la elite.  El Fenerbahce demostró que para estar a la altura de los elegidos, el Barça aún tiene camino que recorrer. No es en absoluto una decepción. Ser consciente de cuáles son tus déficits es la única manera para lograr mejorar en tus prestaciones. Los turcos pasaron por el Palau como un vendaval. Pero la competición podemos decir que no ha hecho más que empezar, y hay que tener la cabeza fría para escoger el momento de la revancha. Ahora, el Barça debe aceptar sus limitaciones y seguir trabajando.

EL PALAU

Será el factor decisivo para la clasificación del Barça entre los ocho primeros. Los blaugrana pueden permitirse un desliz como la derrota ante el Fenerbahce, pero el margen de errores en casa empieza a ser nulo. Los de Pesic han tenido un calendario, hasta la fecha, con muchos partidos a domicilio. Y el equipo ha sido capaz de obtener un balance de tres victorias. Todo un éxito. Además, teniendo en cuenta la debilidad de más de un equipo en esta Euroliga, es lógico pensar que todavía el Barça sumará algún triunfo más lejos de casa. Por tanto, el objetivo de entrar en cuartos pasará por los resultados que el equipo consiga en el Palau. A priori, un escenario para ser optimistas. No obstante, en las jornadas disputadas hasta ahora, hemos podido observar que cualquier rival te puede dar un susto si no estás atento. El seguidor del equipo está animado, y lo demuestra con su apoyo incondicional en el Blaugrana. Los ingredientes para alcanzar las victorias están preparados. Ahora sólo cabe saber mezclarlos con sabiduría.