Un factor llamado Luis Suárez

Luis Suárez no se cansa de celebrar goles. Contra el Valencia, en Copa, uno más...

Luis Suárez no se cansa de celebrar goles. Contra el Valencia, en Copa, uno más... / AFP

Toni Frieros

Toni Frieros

Hay una frase que define a la perfección lo que es y significa Luis Suárez como futbolista... y su rol de delantero: “Es un jugador que todos lo quieren para su equipo y que nadie desea tenerlo como rival”. Se le ha equiparado al Stoichkov en su época de esplendor y ahora a Diego Costa. ¿Denominador común? Visceralidad, agresividad, temperamento... y también, en demasiadas ocasiones, malos modos hacia el contrario y reacciones agrias con los árbitros que, como suele ser habitual en su relación con los grandes equipos (Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo, Busquets, etc...), son más condescendientes de lo habitual y cuentan hasta diez antes de sacar una amarilla...

Nos consta que muchos colegiados españoles de Primera División que arbitran al Barça, en esa ‘vistilla’ previa de los partidos donde charlan amigablemente con el delegado del equipo, miembros del staff e incluso algún que otro directivo, han comentado en más de una ocasión: “Oye, decirle a Luis Suárez que se controle”. 

Es pedirle peras al olmo porque si el uruguayo dejara de jugar con esa intensidad, ya no sería el mismo. Es ese espíritu de superación, de lucha, de querer más, de ser insaciable, lo que le ha hecho triunfar y llegar donde ha llegado. Sería como pedirle a Neymar que no ‘gambeteara’. Cada uno es como es y a estas alturas de la vida no van a cambiar.

Otra cosa es la inteligencia emocional. Se puede controlar y se puede entrenar. No tiene sentido que proteste airadamente cuando va ganado 4-0, ni que caiga en provocaciones innecesarias, porque él sabe que hay muchos rivales que le buscan las cosquillas. Hacía muchos años que el Barça no tenía un delantero centro de las características de Luis Suárez. Un demonio para los rivales y una bendición para el Barça. Un factor determinante.