¿Tenemos un empacho de carreras?

Bagnaia y Martín se juegan el título de MotoGP 2023 en Valencia

Bagnaia y Martín se juegan el título de MotoGP 2023 en Valencia / moto GP

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Valencia reventará. Ni el gatillazo de Martin en Lusail ha enfriado a los aficionados. Saben que lo tiene difícil, pero no imposible, y en el recuerdo está el 2006 con Hayden proclamándose campeón frente a un Rossi que lo tenía también “casi” hecho. Esa es la grandeza del deporte: los “casi”, momentos disruptivos que pueden aparecer en cualquier instante, incluso en los deportes mecánicos donde la técnica no puede esquivar los caprichos del azar.

Si Jorge no gana el título sonarán las tracas igual. Masiá y Acosta lo merecen. Y como en Cheste, las entradas también se han agotado para el GP de México de F1 de… ¡2024! pese a que ningún fan tuviera la seguridad de que Checo vaya a estar en esa parrilla.

Las asistencias de espectadores han crecido en todos los circuitos. Hay ganas de “vivir experiencias” in situ, y más después de la pandemia. Sin embargo, las audiencias televisivas no crecen igual. Algo parecido a la música: no compramos discos, pero aguantamos estoicamente la tomadura de pelo de los promotores cuando se ponen a la venta las entradas de un concierto por internet.

¿Por qué sucede esto? Uno de los muchos aciertos que Ecclestone introdujo en la F1 fue el concepto de “deseabilidad”. Queremos aquello a lo que no podemos acceder, y si lo tenemos demasiado fácil no nos apetece. 

Una temporada con 22 GP de F1 (+ 6 Sprint Races) -y eso que inicialmente había 24 programadas- y otros 21 de MotoGP (con sus correspondientes pruebas del sábado) puede que sean demasiados.

E de Eléctrico

E de Eléctrico / CUPRA

Hemos visto a los pilotos llegar muy cansados a un final de año con muchos tripletes y dobletes. Decía Lance Stroll que no le “apetece bailar al ritmo de Tiesto después de Las Vegas”. Todos están fatigados: de tensión, de lesiones, de peleas, de actos promocionales… de jugarse la vida. Y de ahí algunos errores de final de año.

Puede que los aficionados también. Ser petrolhead no concilia bien con la vida familiar. Demasiadas horas delante de la tele o pendientes de lo que sucede. Reconozco que yo era de los que quería carreras cada fin de semana, como en la Nascar. Pero entiendo que a veces más es menos. Habría que darle una vuelta al tema. ¿Otra vuelta? ¡No, por favor!