El crédito de Goldman Sachs no peligra

El fondo estadounidense pidió más estudios de la inversión, sobre todo de la de los palaus, pero el préstamo llegará

La idea es que ya haya movimientos de obra este verano, aunque todo el mundo tiene asumido que habrá retraso

Laporta con el Espai Barça

Laporta con el Espai Barça / Valenti Enrich

Ferran Correas

Ferran Correas

El pasado 19 de diciembre, los socios del Barça, en referéndum telemático, aprobaron que la junta directiva de Joan Laporta pudiese buscar una financiación de 1.500 millones de euros para poder construir el Espai Barça. Lo hicieron con el 87,8% de los votos a favor. Quien era en aquel momento CEO del club, Ferran Reverter, intensificó los contactos que ya había iniciado con anterioridad para que el crédito llegase de la mano de Goldman Sachs, el mismo fondo de inversión que prestó 595 millones de euros al Barça en los primeros meses de mandato de Laporta y que permitieron a la junta respirar y renegociar la deuda.

Reverter dimitió el 8 de febrero. Lo hizo días después de llegar de Miami, donde había viajado para negociar con Goldman Sachs. Su baja en el club es importante, pero su ausencia no provoca en ningún caso que el acuerdo con el fondo estadounidense esté en peligro, como se ha publicado en los últimos días.

De hecho, según apuntan desde el club, Reverter no ha tenido ningún problema, más bien todo lo contrario, en ayudar en todo lo que ha podido a los miembros del área económica del club en este tema y en otros que tenía entre manos.

El exCEO no ha hablado mal del Barça a Goldman Sachs y la llegada de la financiación necesaria se producirá en las próximas semanas. No peligra, entre otras cosas, porque el fondo estadounidense ya dejó en agosto del 2018 a la junta de Bartomeu 90 millones de euros para iniciar las obras que desea recuperar.

El crédito estará disponible para que algunas obras, una vez el Ayuntamiento conceda los permisos necesarios, se inicien este verano. Reconocen desde el club que el proceso de negociación ha sido lento, lógico cuando el préstamo es de una cantidad tan elevada como son 1.500 millones de euros. El inversor quiere tener las máximas garantías de que podrá recuperar la inversión, más en este caso que se le devolverá el dinero a través de la explotación del Espai Barça. Es por ello que en ningún momento han dudado en Goldman Sachs en prestar los 1.100 millones que costará el Camp Nou, pero sí han pedido más estudios sobre los 400 millones de euros que deben costar el nuevo Palau, el Palau más pequeño que se construirá y otras infraestructuras.

RETRASO

Estos estudios han provocado que todo vaya más lento, pero la negociación no ha peligrado. Luego se podrán iniciar las obras que, presumiblemente y como ya ha insinuado el propio Laporta, sufrirán algún retraso. Estaba previsto que el nuevo estadio, que se llamará Spotify Camp Nou, se inaugurase en el 2025, pero seguramente la obra no se acabará hasta el 2026. Eso sí, lo estará antes de que acabe el mandato de Laporta.