El dinero de los futbolistas

Messi y Antonela en Ibiza.

Messi y Antonela en Ibiza. / DM

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Nunca antes se había hablado tanto de dinero, comisiones, masas salariales y demás variantes, por utilizar un término muy al uso en el que caben todas las martingalas que puedan imaginarse. El no fichaje de Mbappé por el Madrid ha sido un recorrido de todo un año por el vergonzoso circuito de lo que son las negociaciones en la cúspide del poder.

Y luego, la crítica situación del Barça, que ha puesto sobre la mesa la necesidad de rebajar salarios a los jugadores. Rebaja de salarios que ya se puso en marcha hace un tiempo, pero luego nos enteramos que no fueron más que simples diferimientos, alargar contratos y llevarse un pastón al final. Y por si fuera poco, la guerra de la Supercopa, invento del señor Pérez para poder seguir jugando a fichar Mbappés y Haalands, aunque al final solo haya hecho el ridículo.

Yates y Ferraris

Como ven, han coincidido en el tiempo tres historias de dinero muy potentes, tres bombas nucleares que han dejado huella en la calle. Al aficionado, que está frito con la inflación, la gasolina, el gas, la luz y la madre que lo parió todo, esto le sabe a cuerno quemado. Las críticas e insultos en las redes sociales están a la orden del día. Por cierto, las redes sociales. ¿Han visto la foto de Sergio Ramos y Pilar Rubio en Dubai comiéndose un chuletón bañado en oro a 900 euros la pieza? Esto ya es una provocación. ¿Es necesaria tanta ostentación? Las redes sociales han hecho mucho daño a los futbolistas que no tienen la cabeza bien amueblada.

Me he pasado 40 años escuchando a los jugadores pedir respeto por sus vidas privadas, negándonos reportajes en sus casas, y ahora resulta que son ellos los que muestran sin ningún pudor familia, yates, ferraris y chuletones de oro. Menos mal que entre tanta desazón aparece un golfista, fíjense, un jugador de golf, con lo demonizado que ha estado toda la vida el golf por su pretendido elitismo, y nos dice que 400 millones de dólares no cambiarían su vida. Que él no cambia la dignidad por el dinero fácil saudí. La lección de vida de Jon Rahm es un soplo de aire fresco para los valores del deporte. Y un sopapo en toda la cara a los futbolistas millonarios.

LA CLAVE. los millones de los fichajes, contratos y salarios contrasta con la realidad de la calle.