La F1 descubre la vacuna anti virus (o lo parece)

Casas futuristas en Silverstone

Casas futuristas en Silverstone / sport

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Hace años, a los pocos meses de empezar su actividad, comenzaron a llegar a los máximos responsables del Circuit de Catalunya peticiones de toda índole. Entre ellas las de algunos padres que, desesperados por la pérdida de un joven hijo en un accidente de moto, preguntaban por la posibilidad de enterrarle en algún punto de su lugar favorito, a poder ser en la escapatoria de alguna de las curvas.

Por razones sanitarias nunca fue posible cumplir con esos deseos. Sin embargo, años después se promovió la construcción de un columbario que sigue en funcionamiento. Aunque hay bastantes placas conmemorativas en dicho lugar, en realidad son pocas las urnas funerarias que reposan en ese espacio.

Como pueden imaginarse, no es dudoso que la instalación de Montmeló figura entre mis coliseos deportivos preferidos. Sin embargo, no contemplo en mis planes a medio plazo la posibilidad de un descanso eterno en ese lugar.

Principalmente porque al estar situado debajo de la tribuna de recta no goza de una buena visión sobre ninguna de las espectaculares frenadas de la pista vallesana, y eso para mi es prioritario en el momento de planificar lo que quede por venir después de que deje de seguir las carreras de modo activo.

Algo más animada me parece la propuesta del circuito de Silverstone, donde dentro de dos años será posible comprar alguno de los 60 módulos vivienda de lujo situados a pie de asfalto en una de las partes más emocionantes de su trazado. Estas casas de diseño futurista pueden llegar a tener hasta cuatro habitaciones, perfectamente insonorizadas (aunque no le veo la gracia a eso de irse a vivir a un circuito y no querer escuchar el sonido de los motores, qué

quieren que les diga…), por el módico precio de 1.650.000 libras.

El proyecto se presentará este fin de semana con ocasión del GP de Inglaterra de F1 en “the home of motorsports”, como reza su pomposo y altivo eslogan. Ya saben que los ingleses se dan mucho autobombo a eso de ser los padres del automovilismo deportivo, y de la F1 en particular. Por eso, a la celebración de la carrera de este fin de semana, el próximo le sucederá la del GP del 70 aniversario en el mismo escenario de la región de Northamptonshire… pese a que, en realidad, la primera carrera de la F1 moderna, como la entendemos hoy en día, se celebró un 13… de mayo.

Pero ya conocen ustedes cómo son en ese país que les gusta conducir por el otro lado, miden y pesan distinto, y que consideran que el porridge es algo comestible. El paddock de la F1, afortunadamente, está lleno de españoles que, de una manera u otra, trabajan en el campeonato. Ellos, como todo el personal allí presente, han tenido que someterse a las pruebas para detectar la presencia del Covid-19; las mismas que detectaron algunos positivos en el equipo McLaren (inglés, por cierto) a principios de temporada, y que más tarde descubrieron dos nuevos infectados antes de la segunda carrera de Austria.

Por suerte nadie procedente de España se ha visto obligado a guardar la cuarentena que el gobierno británico exige a quienes llegan allí desde aquí. La F1, como los deportes de principal interés, han quedado exentos de esa farragosa exigencia. Del mismo modo (con permiso de Mariano, por supuesto), el Real Madrid no deberá cumplir con ese engorroso aislamiento en su desplazamiento contra el City para la eliminatoria de la Champions.

La decisión no me parece ni bien ni mal. Tal vez la F1 cree que es inmune a la enfermedad. O el fútbol (menos en Fuenlabrada). Pero está claro que igual que en España resultó polémico (e impopular) que todos los futbolistas de la Liga pasaran antes los test PCR que los sanitarios previo a la reanudación del campeonato, esta ”diferencia” para el deporte (de élite), estos “distingos” tan clasistas tal vez no gocen de un buen encaje social en un momento con la

sensibilidad a flor de piel. Y mientras tanto, aquí, a los gimnasios les dejan abrir de nuevo.