Un derbi con sabor a despedida

El Camp Nou, un gran escenario para el Cruilla

El Camp Nou, un gran escenario para el Cruilla / FCB

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

Hoy es día de derbi... pero habría que determinar si se puede seguir llamando derbi a un partido que se va a disputar sin público. Lo que hace especial a estos partidos, además de una rivalidad histórica y de una lucha especial sobre el terreno de juego es lo que se vive en las gradas y por desgracia, el Camp Nou estará vacío. Al Espanyol se le hará raro no escuchar un ruido ensordecedor al saltar al terreno de juego para calentar, ni notar la presión del público silbar cada acción medio polémica. En lo que a la pasión se refiere, el derbi estará descafeinado, por incomparecencia de la afición. 

En lo que compete al apartado de la clasificación, no será ningún derbi de celebración para el Barça ya que como mucho el equipo blaugrana optaría a mantener algo viva una Liga que ya solo el Real Madrid puede perder, y para ello tendría que hacerlo tan mal que parece increíble que pueda suceder. 

para el Espanyol, una victoria serviría para prolongar una agonía que ya parece que ni les apetece vivirla en el terreno de juego, ni en ningún otro estamento. Eso sí, en lo que al partido en sí se refiere, vaya si hay ganas de derbi, porque aunque parece que el destino de los equipos en LaLiga ya está escrito, a nadie se le escapa que conseguir que tu eterno rival se despida de las opciones de ganar LaLiga, en el caso del Espanyol, o de mandarle a LaLiga Smartbank, en caso del Barça, eso está en todos los manos de deseos de un aficionado.

Dicho esto, hoy se juega un derbi, no es un partido de alto riesgo para las aficiones, porque no habrá descerebrados tirándose cosas antes del encuentro (esperemos) pero sí lo será para los dos equipos. Un derbi con mucho en juego y con un sabor a despedida.