Dembélé, la gran mentira

Dembélé, sueño París

Dembélé, sueño París / SPORT

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Nadie podrá decir que no avisé o que ahora cambio de bando. No quiero ni pretendo ser un visionario ni soy tan sagaz o iluminado como para atribuirme poderes predictivos, pero lo cierto es que se han cansado ustedes de escucharme en el pasado advertir que depositar en Dembelé la confianza de alcanzar éxitos colectivos, era cuando menos una temeridad.

Dembelé era, es y será mentira, y lo será porque el pasado y el presente es para todos la única información que tenemos para dibujar el futuro, y nada hace presagiar cambio alguno en lo que viene siendo, más que un futbolista, un inmenso caos.

Un crack es la combinación inseparable de muchas características, es APTITUD, seguro, y Dembelé las tiene todas, y cuando digo todas son todas: Desborde, regate, velocidad, desmarque, chut igualitario con ambas piernas, cambio de juego, capacidad de asistencia… pero un buen jugador es también ACTITUD, y en ese apartado del todo fundamental está el entender dónde trabajas, dónde vives, que historia te contempla, que cultura te acoge, que club te paga y que afición te halaga, y en ese terreno al francés se le esperó, pero no se le vió

A esa imprescindible integración a la que el bueno de Ousmane ni se ha acercado, existe la parte del compromiso, y tampoco ahí ni el espigado extremo ni su insufrible agente Moussa Sissoko han mostrado ni que fuese por el hecho de ser el segundo jugador culé más caro de la historia, el más básico respeto por la entidad catalana. Y finalmente un futbolista es también cuidado y preocupación por mantener el físico óptimo para poder rendir para con quién lo ha apostado todo por ti, y no hace falta que les recuerde que con Dembelé, hemos también vivido y sufrido el mayor desastre físico de la historia reciente del club.

Podía esperarse que Dembelé padeciese algún contratiempo de salud (todo jugador está expuesto) pero lo cierto es que su concurso ha resultado en este campo vergonzoso y vergonzante: De los 20.520 minutos de juego de las seis últimas ligas jugadas, el francés ha estado disponible 7.550 por lo que cada minuto de liga del jugador de Vernon, le ha costado al Barça la friolera de 38.400 euros!

Y ahora se irá, y con él esa cara de no haber roto un plato, y ciertamente no lo ha roto, para hacerlo hay que estar sentado en la mesa y en realidad, Ousmane, nunca se sentó en ella.

Algunos confiaron en que lo haría, y esperaron años y años, pero no… Nunca se sentó en esa mesa. La mesa era real, el futbolista era mentira.