Cuatro conclusiones que deja el cierre del mercado

Arturo Vidal fue uno de los grandes protagonistas de la presentación del FC Barcelona

Arturo Vidal fue uno de los grandes protagonistas de la presentación del FC Barcelona / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

El viernes se cerró el mercado de LaLiga más tranquilo de los últimos años, condicionado por el desajuste con Inglaterra (cerró el 9 de agosto) e Italia (cerró el 17 de agosto), lo que provocó operaciones más escalonadas y menos locuras de última hora. Se cierra una ventana que nos deja unas cuantas reflexiones.

1. El Barça ha aprendido a vender. Por primera vez en muchos años, el saldo del verano es positivo para el club. A pesar de haber gastado 125 millones en fichajes, el club ha logrado ingresar 132, tras la marcha, por venta o cesión, de André Gomes, Digne, Alcácer, Paulinho, Deulofeu, Yerry Mina y Marlon. Al club blaugrana siempre se le había reprochado no saber vender pero las operaciones de este verano con éxitos como Paulinho (50 millones) o Yerry Mina (32) desmienten el tópico.

2. El Barça ha reforzado el banquillo, no el equipo titular. Sin duda, el equipo mejora su nivel, sin grandes estrellas pero con perfiles sólidos. La sensación es que se ha logrado subir la calidad del banquillo y se deja lista una plantilla para poder ejecutar rotaciones intensas. No parece que nadie de los que han llegado logre ser titular en un partido importante, pero aumenta la competencia, como se ha visto con el fichaje de Malcom, que ha disparado a Dembélé.

3. Barça y Madrid ya no fichan lo que quieren sino lo que pueden. El mercado de verano ha enseñado con toda su crudeza que los clásicos del fútbol (Barça, Madrid, Bayern) apenas pueden competir con los petrodólares del PSG. El Barça se ha conformado con Vidal o Malcom y Florentino ha tenido que elevar los discretos fichajes de Vinicius a Mariano a categoría de superestrellas a falta de galácticos de verdad.

4. Todos los caminos conducen a la cantera. Justamente por esta brutal competencia en el mercado, en el que ya no es posible imponerse a golpe de talonario, la apuesta por La Masia se hace más necesaria que nunca. Es un primer paso muy esperanzador la apuesta por Miranda tras la marcha de Digne. En la recámara esperan Aleñá, destinado a jugar un rol importante cuando vuelva de la lesión, y todas las miradas se centran en el talento deslumbrante del jovencísimo Riqui Puig. Valverde ya no tiene excusas para no apostar por la cantera. Es una cuestión ideológica, pero sobre todo de supervivencia.