Un ciclón azulgrana

Debía ganar y arrasó. Por Anoeta pasó un ciclón azulgrana que no dejó títere con cabeza. Koeman cumplía años y el equipo le regaló una victoria estelar para aferrarse al título que persigue. En el primer acto, decidió la pegada. La Real tuvo dos claras y apareció Ter Stegen; el Barça tuvo dos claras y ambas acabaron dentro. En el segundo acto, el Barça se puso en modo ‘All Star’, jugó como los ángeles y facturó dos tantos más, redondeando una actuación tan coral como soberbia. Messi, Dest, Alba, Dembélé y Busquets rubricaron un golpe de autoridad en un campo complicado. El mensaje es claro: el Barça va como un avión y tiene hambre. Y si Messi, ya el jugador con más partidos en la historia del Barça (768), sigue tirando así del carro, los culés tienen licencia para soñar.

SAN OBLAK

Ya lo dice su campaña de abonados: ser del Atleti te mata y te da la vida. Ser aficionado colchonero convalida para que los amigos te pidan por Amazon un desfibrilador por si las moscas. Herido en Londres y fatigado, el Atleti no cerró el partido tras el gol de Suárez (500 y subiendo) y el Alavés se encontró un tesoro en forma de penalti. Y justo cuando los atléticos creían que, como en los tebeos de Astérix y Obélix, el cielo se iba a desplomar sobre sus cabezas, apareció San Oblak. El santo esloveno, el tipo que siempre está de guardia, para hacer una parada que puede dar media Liga a los del Cholo. El Atlético de Miocardio se va líder a un parón que necesita como el comer.

KARIM Y LA RACHA

Sigue el Madrid en ‘modo caza’, inasequible al desaliento. Está en cuartos de Champions, enlaza diez partidos sin perder consecutivos y la punta de lanza de la esperanza blanca se llama Karim Benzema. El francés, intratable, lleva seis jornadas consecutivas marcando y abriendo la lata para que Modric, Kroos y compañía abrochen los partidos y amarren los puntos. Si hay un clavo ardiendo merengue en esta Liga, se llama Karim.