Primero la Champions, luego Guardiola y más tarde S.A

El debate sobre el ADN Barça, el estilo, el tiki-taka deberá aplazarse por el de ganar, ganar y ganar

Laporta y Xavi, en una imagen de archivo

Laporta y Xavi, en una imagen de archivo / Valentí Enrich

Joan Vehils

Joan Vehils

Estar en la Champions es la principal preocupación para Laporta, el Barça y el barcelonismo. No hay nada más prioritario para el club que garantizar unos ingresos imprescindibles para poder sobrevivir en un mundo de capital tan cambiante. Por tanto, no queda otra que clasificarse entre los cuatro primeros de la Liga. Está bien soñar en retos mayores, pero garantizar los mínimos es el único objetivo irrenunciable.

No importa ya como se consiga. Con Xavi o sin él. Con las vacas sagradas o con los jóvenes menores de La Masía. El debate sobre el ADN Barça, el estilo, el tiki-taka deberá aplazarse por el de ganar, ganar y ganar. Digo esto porque si el Barça queda fuera de la Champions no habrá margen alguno para la recuperación económica y, entonces, convertirse en una S.A puede ser un mal menor.

Laporta y su directiva siguen asegurando que con ellos el club no será nunca una Sociedad Anónima. Es un pensamiento lícito y cumple con lo que prometieron en campaña electoral. Los candidatos tampoco quieren nunca pronunciar las siglas S.A para que no les acusen de traidores a la patria. Sin embargo, convertirse voluntariamente y de manera controla en una Sociedad Anónima no es el peor escenario con el que puede enfrentarse el Barça en los próximos años.

Los socios del Barça no pueden perder nunca el control del club, pero quizá ha llegado el momento que los principales actores del barcelonismo hablen sin pelos en la lengua sobre el futuro del club. No es ya cuestión de echar a los actuales gestores para que entren unos nuevos. El tema es ayudar a los actuales gestores a realizar una transición eficaz sobre el nuevo modelo de club. Laporta reclama ahora la misma unidad que en su día reclamó Núñez, Gaspart, Rosell y Bartomeu. Es más, hace unas semanas, los últimos presidentes cenaron juntos para visibilizar que andaban juntos sobre el caso Negreira. Es verdad que no se han vuelto a ver, pero ha llegado el momento de ir todos a una en todo. Ellos, la oposición y quien haga falta. Y si la única solución se llama Guardiola, fleten un avión, viajen a Manchester y pídanselo de rodillas. Quizá, si Pep los ve a todos juntos diga que sí…