Muchos centros, pero pocos remates

Memphis Galata

Memphis Galata / Valentí Enrich

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El Barça arrancó corto de intensidad; dio la sensación de que el equipo era consciente de su superioridad y no necesitase esforzarse demasiado: demasiada lentitud a la hora de hacer circular el balón, que permitía a los turcos defender siempre bien organizados.

El Barça llegaba con cierta comodidad a tres cuartos de campo, pero no tenía capacidad para finalizar con peligro las acciones de ataque. Incluso hubo descoordinación en la presión tras pérdida, un detalle que permitía al Galatasaray superar esa presión con relativa facilidad.

Memphis fue protagonista en varias acciones del juego de ataque, con sendos disparos que rechazó acertadamente Iñaki Peña. Poco más ofreció el Barça en una primera parte demasiado espesa, frente a un rival que amenazó poco, pero cuando lo hizo llevó peligro, sobre todo en las botas de su mejor futbolista, Aktürkoğlu. 

Xavi lo debió de ver igual de mal que muchos seguidores, por lo que realizó tres cambios en el descanso. El nuevo plan de Xavi mejoró al equipo, que tuvo más intensidad y más velocidad: provocó el Barça más peligro, pero el equipo pagó caro el hecho de haber regalado la primera mitad.

En la segunda parte, el Barça abrió más el campo, con Adama por la derecha y las internadas de Alba por la izquierda. Hubo muchos centros, pero pocos remates de peligro ante Iñaki Peña. 

El partido de Europa League demostró que en Europa no puedes menospreciar a ningún rival: el Galatasaray, a pesar del mal momento que vive en la Liga de Turquía, donde roza el descenso, realizó un gran partido en defensa, con un Iñaki Peña muy solvente bajo los palos, en su primer partido en el Camp Nou.