Brasil frena a Ney en su guerra con Mbappé

Neymar y Mbappé comparten equipo en el PSG

Neymar y Mbappé comparten equipo en el PSG / EFE

Joaquim Piera

Joaquim Piera

La guerra entre Neymar Jr. y Mbappé está en fase de falso armisticio, porque cada uno ha decidido darse un tiempo y centrarse en su particular pretemporada vestidos de jugadores del PSG pensando única y exclusivamente en el Mundial de Catar.

La cohabitación entre las dos súper estrellas es insostenible pensando a medio plazo, como el propio brasileño confidenció a sus colegas en la última concentración de la Seleçao para jugar los amistosos contra Ghana y Túnez. El ego de ‘Ney’ (y de ‘o pai do craque’) le impide digerir que se haya hecho público que Kylian exigiera, cuando cogió las llaves del club este verano, que lo pasaran por la guillotina.

A menos de dos meses del Mundial, Tite y su cuerpo técnico no pueden permitirse que su máxima estrella viva en el epicentro de un tornado de cólera. A Neymar lo están frenando la dupla de centrales de Brasil, que lo atan en corto y le aplican dosis de apaciguamiento: Marquinhos, compañero y capitán del PSG, y Thiago Silva, exparisino y ahora en el Chelsea, con una gran ascendencia sobre el astro desde que coincidieron por primera vez en la ‘verdeamarela’. Dani Alves, que es como un hermano mayor y que también estuvo en el vestuario del PSG, está echando un cable desde la distancia.

A Brasil , lógicamente, solo le interesa que ‘Ney’ llegue bien física y psicológicamente a la concentración en Turín que realizarán antes de desplazarse a Catar. No quieren tirar por el traste un trabajo de cuatro años que ha resultado en la construcción de un equipo muy rocoso atrás y con uno ataque creativo en el que el blaugrana Raphinha juega un papel preeminente.

Alguien le comentó al exblaugrana que su mejor venganza es levantar el ‘Hexa’ delante de las narices de Mbappé. A partir del 18 de diciembre, que es cuando se disputa la final en Doha, ya no hay causa mayor que impida que todo vuele por los aires en París un pique del que estará atento todo el planeta futbolístico. 

Neymar puede repetir lo de Romário en el 94 cuando jugaba en el Dream Team de Johan Cruyff. Si la Seleçao gana, cerrando un paréntesi de dos décadas de decepciones de sonrojar, a nadie le sorprendería que se reincorporase a su club cuando bien se le antoje, aprovechando (casualidades que tiene la vida) que en su país estará al inicio del verano austral con todas sus tentacionas.

Y si Brasil fracasa (aquí no hay término medio), ‘Ney’ puede apretar el botón de la prejubilación e instalarse en el modo pasotismo recuperando, en la misma intensidad, el estilo de vida nocturno que ha tenido desde su aterrizaje en su fallida etapa deportiva en París.