El Barça necesita otra victoria convincente

Xavi Hernández, en rueda de prensa

Xavi Hernández, en rueda de prensa / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La brillante victoria ante el Villarreal debe ser el impulso definitivo para el nuevo Barça. Este equipo en construcción necesita grandes triunfos sobre los que cimentar su proyecto. Xavi es consciente tanto de las exigencias como de las urgencias. Y sabe que los títulos son imprescindibles para generar confianza y ganar tiempo. La victoria del pasado jueves fue el primer paso. Y esta noche hay que dar el segundo ante el Athletic de Valverde, el último técnico que conquistó una Liga desde el banquillo del Camp Nou.

El entrenador blaugrana revolucionó el equipo ante el Villarreal después de la virtual eliminación en la Champions y la dolorosa derrota en el clásico. Agitó la alineación para buscar una reacción y logró el efecto buscado: una espectacular primera parte que sentenció el encuentro con tres goles (dos de Lewandowski y uno de Ansu Fati). Los cambios, basados en la meritocracia, parece que no tendrán continuidad esta noche. Básicamente por la fatiga que arrastran algunos futbolistas. Incluso molestias.

Xavi avanzó ayer rotaciones y puede que el once que empiece el partido ante el Athletic no tenga nada que ver con el once que arrasó al Villarreal. Una lástima porque el pasado jueves sí que vimos en el campo un Barça ilusionante, que se desplegó con intensidad, que recuperó la presión, que fue efectivo en ataque y que se mostró seguro en defensa. El técnico blaugrana tomará las decisiones en función del estado físico de sus jugadores, pero sabiendo también la necesidad de seguir con la progresión del equipo.

Ganar, ganar y ganar. Y volver a ganar. Es el único camino que tiene el Barça para resucitar y optar a los títulos. La presión es máxima. Aunque Laporta envió el viernes por la noche un mensaje de calma a todos los culés: “Xavi es un entrenador que es una maravilla, ve siempre la parte positiva. Es de agradecer para un presidente y una junta. Tenemos que darle apoyo. No nos engañemos, tenemos un equipo que está construyéndose”.

El presidente ha modelado su discurso para rebajar las expectativas, tal vez desmesuradas, generadas sobre este nuevo proyecto. Ha apostado por la prudencia para no provocar más desasosiego entre los socios y los aficionados. Pero el barcelonismo, después de tantos años de decepciones y fracasos, tiene la paciencia justa. En la Liga no se puede fallar más. Y menos en el Camp Nou... Hoy, con rotaciones o sin ellas, el Barça tiene que lograr otra victoria convincente que confirme que se ha encontrado el camino.