El Barça deja de volar tras el parón

Lewandowski

Lewandowski / Javi Ferrándiz (SPORT)

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Las malas sensaciones que dejó el Barça en la segunda parte ante el Celta generan demasiadas dudas sobre el rendimiento del equipo en una semana crucial para su futuro en la Champions y en la Liga. El Barça ya no vuela como lo hacía antes del parón de selecciones y eso preocupa al entrenador. Xavi es autocrítico, mucho, y sabe que jugando como se jugó el domingo será imposible ganar al Inter y al Madrid con solo cinco días de diferencia. Hay muchos factores que pueden explicar la ‘minicrisis’ futbolística blaugrana. Las lesiones, el cansancio y los arbitrajes han provocado que el Barça tenga que agarrarse a las paradas de Ter Stegen, la magia de Pedri y el ímpetu de Gavi para salir adelante.

Porque incluso un jugador infalible como Lewandowski tampoco está mostrando su habitual eficacia: no marcó ante el Inter y tampoco lo hizo ante el Getafe. Pero es que, además, apenas disparó a portería: cuatro chuts entre los tres palos en los dos encuentros. Su desconexión es preocupante porque la dependencia que tiene el Barça de sus goles es extraordinaria. El delantero polaco es muy inteligente y su veteranía le permite ejecutar acciones decisivas sin balón, como en el tanto de Pedri. Aunque eso no es suficiente. No conecta ni con Raphinha ni con Dembélé. Tampoco le encuentran Ferran Torres y Ansu. Los buenos marcajes de los rivales, la escasa fluidez ofensiva del equipo y la falta de acierto de los extremos están dejando a Lewandowski demasiado solo. Y, como dijo Guardiola tras una de las últimas exhibiciones de Haaland, solo hay un futbolista en el mundo que no necesite a sus compañeros para ganar y se llama Leo Messi.

El Barça ha estado lejos de su mejor versión en los tres últimos partidos tras el parón de selecciones. Una derrota y dos victorias por la mínima con malas sensaciones. Solo en la primera media hora de partido ante el Celta el equipo blaugrana tuvo las ideas claras, jugando con intensidad y velocidad, pero sin crear ocasiones. Hay que aprovechar más esos minutos de superioridad para sentenciar y evitar que se repitan desastres como los de Múnich o Milán. El Barça debe recuperar su personalidad y su frescura y debe hacerlo de forma inmediata. Porque mañana tiene que ganar sí o sí a los italianos en el Camp Nou (y, a poder ser, por más de un gol de diferencia) y el domingo debe defender su liderato en la Liga en un Bernabéu con ganas de revancha. Si el Barça vuelve a volar, el doble reto no es una misión imposible.