El Barça y el cuento chino de la Asamblea telemática

Un momento de la última Asamblea del FC Barcelona

Un momento de la última Asamblea del FC Barcelona / FCB

Toni Frieros

Toni Frieros

No hay argumento alguno, ninguno, que justifique la decisión de la Junta Directiva del FC Barcelona de hacer la Asamblea General de Compromisarios de forma telemática. La excusa de la austeridad económica se la pueden ahorrar. Es un cuento chino. Si en algo no debe escatimar, dentro de unos parámetros razonables, es en atender como Dios manda a sus socios, porque para algo son los dueños de la entidad, nadie más. Está muy bien promover la venta de palcos VIP y servicios premium (nada que objetar), pero todo eso también debería ir acompañado de un servicio y trato exquisito a los propietarios del club. Y eso no está pasando. El área social del FC Barcelona se encuentra bajo mínimos y muchos socios se quejan de la tardanza en resolver sus dudas o problemas.

Impedir la asistencia personal del socio compromisario con una asamblea telemática, significa privarle del derecho a deliberar. Los clubes, que son personas jurídicas, adoptan sus acuerdos a través de sus órganos de gobierno, esto es, la Junta Directiva y la Asamblea General. Y la Asamblea General no es ni un evento, ni una presentación corporativa, ni tampoco una rueda de prensa, por mucho que cuente con la cobertura de los medios de comunicación. La Asamblea General es una reunión de socios, debidamente convocada, con un orden del día publicado con la antelación que los estatutos establecen, para deliberar y adoptar acuerdos. Porque precisamente los acuerdos se adoptan como consecuencia de una deliberación. Y deliberar no significa “preguntar” sin más. Significa intervenir, argumentar, razonar en voz alta y hasta quejarse, formular objeciones, también preguntar pero no sólo eso. Y de escuchar las intervenciones de los demás y del razonamiento propio, cada uno de los asistentes acaba emitiendo su voto.

Creo que la Junta Directiva, con su decisión, ha hurtado de todo esto a los socios y lo ha sustituido por la posibilidad de “preguntar” antes de la Asamblea. A ver… ¿cómo se va a poder preguntar antes de haber escuchado ni tan siquiera la presentación de cada punto del orden del día? Si no sé lo que me vas a proponer, ¿cómo puedo “preguntar”? Y si no quiero preguntar, tan solo dar mi opinión o exponer alguna consideración que la junta directiva no haya tenido en cuenta durante su presentación, ¿cómo lo hago? Con la excusa de la modernidad de las ‘Asambleas Telemáticas’ se está incurriendo en la regresión democrática de impedir a los socios ejercer sus derechos. 

Y otra cosa: ¿qué empresa, que no un notario, auditará todo el proceso de votación y su validación? Como ni siquiera se podrá seguir por Barça TV, porque la han cerrado, ya saben señore/as compromisario/as y socio/as, abran su ordenador o su móvil y entren en la Asamblea. Así de fácil...