El anuncio de Guardiola que el Barça no publicó

El Ajax tuvo el gran detalle de desear suerte a Frenkie De Jong en su llegada al Barça

Guardiola saludó a Torrent

Guardiola saludó a Torrent / NYCFC

Ernest Folch

Ernest Folch

El Ajax tuvo el gran detalle de desear suerte a Frenkie De Jong en su llegada al Barça con un espectacular anuncio publicado el viernes en Sport y Mundo Deportivo. El anuncio no fue solo un gesto precioso y elegante: fue además una forma muy inteligente de mostrar su orgullo por un jugador formado en su casa y, además, de apropiarse con toda legitimidad de sus futuros éxitos. El Ajax nos ha dicho: si le va bien a Frenkie en Barcelona, también será mérito nuestro. Algo que, por cierto, es absolutamente irrebatible. Esta insólita iniciativa sirve, de rebote, para que el Barça de todavía más valor a un fichaje que sin duda es uno de los más especiales y queridos por la afición de los últimos tiempos, como se vio en su presentación.

Al mismo tiempo, es inevitable preguntarse por qué otros clubes, y específicamente el Barça, no han hecho antes lo mismo. Sin duda, el Barça podría haber hecho lo mismo cuando Iniesta se marchó al Vissel Kobe publicando un anuncio en el Sports Nippon. O habría podido publicar un anuncio en el ‘Bild’ o el ‘Die Welt’ cuando Pep Guardiola fichó por el Bayern de Munich. Si el club no lo hizo no fue solo porque no se le ocurrió sino porque subyace todavía una corriente ideológica, minoritaria, pero muy dañina, que sostiene que al que deja el Barça, ni agua. Que el que se va es automáticamente un traidor o un apestado. En realidad, es exactamente al revés: los éxitos de Guardiola en el Bayern o en el City son en realidad un éxito del Barça, como los de Gasol en la NBA, como los de Xavi en Catar.

El club, y el entorno en general (si no tiene relaciones enfermizas con el pasado) debe estar plenamente orgulloso del talento que exporta y triunfa en medio mundo, en multitud de deportes, sean jugadores o entrenadores. Que el anuncio del Ajax sirva de espejo para que el Barça empiece a normalizar la situación consigo mismo y su pasado. El orgullo siempre es mucho mejor que el resentimiento.