Ansu sacude los cimientos del Barça

Ansu Fati, jugador del Barcelona

Ansu Fati, jugador del Barcelona / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

La magia del fútbol es que siempre pasan cosas inesperadas y asombrosas, que no estaban en ningún guión. Ansu Fati confirmó ayer su sonada irrupción con una exhibición que sin duda quedará marcada en el calendario culé. En tan solo 6 minutos destrozó al Valencia con un gol soberbio y una asistencia a De Jong después de una gran jugada, y a partir de ahí se hizo el amo del Barça y del partido, con sus escasos dieciséis años, ante el asombro del Valencia, del Camp Nou y de medio mundo.

La aparición de Ansu, apadrinado por Messi en persona, tiene un aire de estas extrañas epifanías que se producen solo en el Barça, un universo en el que todo se hiperdimensiona: justamente por eso habrá que administrar con sumo cuidado el fenómeno Ansu, un futbolista que ha dado un salto estratosférico del anonimato de un juvenil a la fama mundial sin ningún paso intermedio, ni siquiera sin jugar un partido oficial en el Barça B. El salto de Ansu es tan vertiginoso y se ha producido a tal velocidad que inevitablemente sacude los rivales, que no saben todavía ni como pararlo, pero también los cimientos del Barça: Ansu pone en duda todas las jerarquías, aumenta la exigencia, desordena las previsiones y presiona a grandes cracks como Dembélé, que debe estar preguntándose exactamente qué tiene que hacer para desbancar a este meteorito caído ayer en medio del Camp Nou y del que no sabemos todavía su planeta de procedencia. Y, además, Ansu sirve también para reconocer la valentía de este nuevo Valverde, criticado con razón los dos primeros años por no apostar por la cantera, y convertido de repente, con toda justicia, en el gran valedor de la última perla de La Masia. Las increíbles y maravillosas vueltas que da la vida.   

NEYMAR HABLA DENTRO… Y FUERA DEL CAMPO

Neymar saltó al campo del PSG en medio de una sonora pitada y tuvo que aguantar la salvaje hostilidad de su afición, en un ambiente insoportable y durante todo el partido… hasta que acalló todas las bocas con una chilena colosal, que encima fue el gol de la victoria. Igual este gol sirve, aunque tarde, para que algunos que todavía no se han enterado de lo que pasó este verano entiendan que Neymar no tenía que venir por ser el amigo del vestuario sino simplemente porque, tal como dijo Messi en SPORT, hacía subir el nivel de la plantilla. Termine o no viniendo, es una buena noticia para el fútbol que Ney vuelva a brillar.