EN LA ORILLA

Air Messi

Leo Messi fue el autor de los dos goles del FC Barcelona ante el Bayern

Leo Messi fue el autor de los dos goles del FC Barcelona ante el Bayern / sport

Martí Perarnau

El Barça era favorito en esta semifinal por dos razones fundamentales: porque el rival estaba sin dientes y porque el Barça tiene a Messi, el futbolista más formidable de todos los tiempos. El Imparable. En un partido que durante 77 minutos ha sido lo más parecido a un juego de estrategia, a una partida de ajedrez y a un duelo cerebral, ha llegado este jugador universal para descuartizar todas las tácticas. El Bayern que aplastó al Barça hace dos años tenía colmillos afilados (Robben y Ribéry) y sobre todo poseía una ventaja sideral: el conjunto blaugrana no contaba realmente con Messi. Lo tenía mermado, cascado y finalmente ni siquiera pudo presentarlo sobre el césped en el partido de vuelta.

Quien tiene a Messi tiene a Michael Jordan. Pero no basta con tenerlo. Hay que construirle el hábitat necesario para que pueda desparramar su talento. Luis Enrique lo ha logrado, incluso en una noche en la que han tenido que sobresalir Rakitic y Alves como centrocampistas, a la vista de que Busquets e Iniesta han sido secados. Luis Enrique ha fabricado una plataforma sólida y solidaria, versátil y fluida, a partir de la que propulsar a Messi al otro lado de cualquier límite visto antes en un campo de fútbol. Messi es imparable como dijo Guardiola y comprobaron Neuer, Boateng y Bernat, por más ayudas, coberturas y apoyos con que fueron protegidos. Pero además de imparable está impulsado desde una atalaya formidable que el entrenador ha sabido edificar con precisión de cirujano.

El Barça está a un muy pequeño paso de su cuarta final de Champions en diez años. Para el partido de vuelta no pueden esperarse cambios. Guardiola estirará al Bayern hasta el límite de su capacidad táctica, pero seguirá sin colmillos, y Luis Enrique dispondrá de nuevo de Michael Jordan en su vuelo imparable hacia el más allá futbolístico. Primero asesinó todos los adjetivos; más tarde se erigió en futbolista total; ahora, ya sencillamente vuela sin motor, sin límites. Air Messi.