Ahora que Laporta tendrá pasta

Joan Laporta

Joan Laporta / Barça

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Me llaman muchos amigos preocupados por el grado de hipoteca que supondrá para el club la venta de los derechos que facilitarán el acceso a 840 millones que han de permitir a la directiva ponerse manos a la obra para remontar las dos crisis que le atenazan, la económica y la deportiva.

Les inquieta que no se aten de pies y manos para demasiados años. Les comento que me preocupa menos el hecho de las condiciones de las ventas de activos que el uso que se haga del dinero que se ingrese. Todos los economistas opinan que se necesita liquidez (vender) para ponerse en marcha.

Y como no basta con vender jugadores, entre otras cosas porque la mayoría no quieren irse (estos sí que tienen atado de pies y manos al club), vender parte de unidades de negocio es obligatorio y no tiene porqué ser malo.

Malo es tirar el dinero en operaciones ruinosas como las de los últimos años que han condenado al equipo, en este caso la principal actividad del club, al ostracismo. Insisto, ahora hay que gastar bien. Si se ficha bien y se paga lo justo a los jugadores, no habrá problema.

Más difícil que en 2003

La cuestión, pues, es cómo gestionará Laporta ahora que tendrá pasta, aunque ya hay que advertir que el límite salarial seguirá condicionándolo casi todo mientras los multimillonarios fuera de todo mercado y razón sigan en plantilla. Me voy a referir solo a la parte deportiva y la buena noticia es que, en cuestión de fichajes, Laporta ya demostró hace veinte años que es un mago.

En su primer año, trajo a Ronaldinho, Márquez, Van Bronckhorst y, en invierno, a Davids. Y la siguiente temporada lo remató con Eto’o y Deco y dio el salto al éxito más absoluto. Confiemos en que la magia no le haya abandonado, pero ahora lo tiene más difícil y hay que reconocer que Lewandowski no es Ronaldinho, básicamente por la edad.

Tampoco Chistiansen es Márquez, pero esto no ha hecho más que empezar. Ahora bien, ni el mercado ni la economía del club son los mismos y la labor principal de Laporta ha de ser hacer magia con el límite salarial. Ni un euro fuera de mercado y si hay que ser valiente, que a valiente pocos le ganan, que sea con red.